La cultura de la humillación

cultura humillacionAyer, entraba a TED.com para ver alguna charla mientras comía. Tal y como vengo haciendo cada día regularmente desde hace alrededor de 4 años, en lugar de ver la televisión. Sigo, cuando entré, me llamó bastante la atención el siguiente titular «Monica Lewinsky: The price of shame» [el precio de la vergüenza]. Va sobre humillación.

¿Recuerdas a Monica Lewinski? Claro, seguro, una de las personas más humilladas que se recuerda en la historia. La recordarás por las noticias, por las canciones de rap que han hecho sobre ella, foto-montajes. Burlas, desprecios y denigración a la que ha sido sometida esta mujer desde 1998, hasta el día de hoy.

Leí el prólogo de la charla y parecía interesante. En parte porque no hablaba únicamente de su historia, sino de lo que hoy estamos viviendo todos como consecuencia del «lado oscuro» de Internet. La cultura de humillación, denigración y tiranía que se ha creado en el mundo online y la llamada urgente por compasión y humanidad.

La cultura de la humillación

Hace unos meses escribía este artículo sobre el oportunismo en Twitter y este otro sobre la cultura mediocre, nefasta y absurda que estamos creando entorno a Internet. Sin embargo, nada que ver con la brillante explicación de Monica del entorno que hemos creado. Un panorama donde hay adolescentes que se suicidan a causa de la humillación que reciben mediante las redes sociales, personas que quedan acomplejadas por otras que son más prominentes en la red y utilizan su poder negativamente.

¿Qué clase de persona espera el fallo de otra para persona para ridiculizarla y hundirla en el lodo? Seguro que puedes nombrar a por lo menos cinco o seis de carrerilla, ¿Y tú? Dime que no has hecho nunca esto. ¿Qué persona espera el comentario de un amigo para echarle una «puyita» ya sea en Twitter o en Whatsapp o a través de un email donde está parte del equipo y jefes? Esto no ayuda. Esto está haciendo mucho daño.

Esta charla es una llamada a la compasión humana. Si cambiamos cinismo, escepticismo y humillación por humanidad, podemos salvar Internet – y la vida de otras personas.

Imagina lo que es sentirte humillado hasta querer perder la vida. Cierto es que si no has estado ahí no puedes sentirlo. Yo no lo he sentido, espero y deseo no sentirlo nunca, te deseo lo mismo, pero cuidado con lo que tu haces sentir a otras personas. Puede que un día se vuelva contra ti y se convierta en tu peor pesadilla.

Vídeo: TED.com.

Photo credit: Esther Moliné.

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7 comentarios

  1. Buenas tardes, Isra,

    más que frenar el descojone generalizado en Internet por parte de los que en ocasiones dan la impresión de ser pandilleros anónimos, mi apuesta como modelo de éxito a nivel personal irá siempre en la dirección de la expresión: «me la sopla».

    Sí, queda un poco mal, pero esconde toda una filosofía que he practicado durante años y funciona la mar de bien.

    Es cierto que podemos ser víctimas de nuestros propios escándalos y errores, como un error laboral en el que nuestra compañía pierda dinero. Pero no podemos ir a cada uno de los millones de personas que potencialmente pueden humillarnos y pedirles que no lo hagan. Simplemente, siempre habrá algún imbécil dispuesto a reirse de ti. Lo más acojonante es que lo hay incluso cuando haces las cosas bien, sin errores y sin escándalos.

    De modo que focalizo mi atención en mi filosofía personal, que se basa en que me resbala lo que opinen los demás, salvo si me beneficia en algo. En cuyo caso lo usaré como palanca para hacerme visible.

    Y lo dice uno que ha sido el gafotas, el gordo y el bajito de la clase durante muchos años. Creo que a esto se lo llama ahora buying o algo parecido, pero que se define simplemente por «insultar».

    Siempre habrá alguien que te insulte: porque lo hagas mal, porque lo hagas bien, porque no le guste cómo lo hagas, porque les guste demasiado,… Creo que tenemos que practicar más el «me la sopla» y dar valor a lo que tiene valor de verdad.

    Yo si fuese Lewinsky escribiría un libro llamado: «Sí, me lo tiré, y moló». Pero sé que alcanzar un nivel de estabilidad interior como el mío es muy jodido, y requiere un esfuerzo que la gente en ocasiones pasa olímpicamente de demostrar.

    Por cierto, yo también como con TED, lo encuentro inspirador, y una fuente de ideas abrumadora 😉

  2. Saber cómo es uno mismo es muy difícil pero saber y aceptar cómo son los demás, creo que lo es más. Me encanta tu artículo. Gracias.

  3. Cierto Marcos, si no creas fricción, molestas o generas sentimientos contrapuestos, es que no estás cambiando las cosas. Siempre habrá críticos, cínicos y escépticos, es algo innegable y muchos hemos aprendido a convivir bastante decentemente con ello. El inconveniente es que no podemos generalizar aquí, mucha gente no sabe cómo hacer esto y cuando se convierte en una escala masiva, puede llegar a entrar en cualquier mente o aspecto emocional, por muy a prueba de críticos o cínicos que sea.

  4. Te doy toda la razón, hay muchas personas que se ven más afectadas o que no encuentran las herramientas mentales para hacer frente (o «resbalismo» -cómo mola, me he inventado una palabra-) a este tipo de situaciones.

    Pero a mí se me ha quedado marcada la palabra suicidio. Es que siempre que se habla de estos temas aparece. Un suicida es una persona increíblemente valiente. Para suicidarte hace falta un temple y una disciplina que la mayoría de nosotros no tiene. Me da la impresión que es más complicado dejar de existir de manera voluntaria que afrontar los problemas que puedan surgir de la interacción humana.

    Un tema interesante =)

  5. «Para suicidarte hace falta un temple y una disciplina que la mayoría de nosotros no tiene. Me da la impresión que es más complicado dejar de existir de manera voluntaria que afrontar los problemas que puedan surgir de la interacción humana.» brillante, gracias por esta aportación que enriquece el significado del post.

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