¿Podrías ser el próximo Steven Levy, Anderson Cooper, Pete Cashmore o Jeff Bezos? La historia está contra eso, pero bueno, la historia también parecía estar contra Google, Wired, Mashable, Amazon o Virgin, así que no hay razón para no creer que no puedes.

Lo verdaderamente fascinante de los nuevos negocios, es que cualquier simple negocio puede hacer miles de millones y/o afectar millones de personas, crear cambio, sacudir el mundo. ¿Encuentras la diferencias entre aquellas personas que cambian el mundo y cualquiera que muere intentándolo?

Es tu decisión, cada mañana cuando te levantas, está en la palma de tu mano, está más bien en la intención que imprimes a todo lo que haces (y a veces en lo que dices), puedes hacer negocios y ayudar a crear un mundo mejor. No es un alter-ego, es una simbiosis. Aquí hay algo que está más que claro, necesitas sentirlo ahí dentro, ardiendo en tu interior, proyectar la idea y el compromiso con su ejecución.

Crea negocios con significado, con esto no me refiero a la estrategia empresarial ni a habilitar un departamento de responsabilidad social corporativa, esto debería ir incrustado en el núcleo filosófico de tu negocio, no formar parte de una extensión independiente para quedar bien con el mundo. Si tu negocio es demasiado complejo tu equipo y clientes estarán confusos. Primero cambia eso. Proporciona claridad, un único foco y un resultado simple y exclusivo y entonces, estarás unos cuantos pasos más cerca de impactar en el mundo.

Es posible que no seas el próximo Larry Page, pero siempre podrás ser la mejor versión de ti mismo y eso cambiará las cosas, para bien. Es posible que tu negocio no sea el próximo Pixar, pero sí podría ser un negocio que aporta una nueva perspectiva a la humanidad. Todo lo que esté ferozmente alineado a un propósito de valor y compromiso a una simple idea positiva, eso puede impactar en el mundo.

Photo credit: Yurek Kulski.