Felicidad: dentro de ti, y no fuera

Durante mucho tiempo, siempre he creído que solo hay un propósito en la vida: ser feliz.

¿Verdad? ¿Por qué otra cosa si no vamos a soportar todo el dolor y sacrificio? Solo para alcanzar la felicidad, de una forma u otra.

Y estoy seguro de que no soy la única persona que creía eso. De hecho, si miras a tu alrededor, la única meta en la vida del 99% de las personas del mundo desarrollado, es encontrar la felicidad.

Esa es la razón por la que compramos cosas que no necesitamos, vamos a la cama con gente que no amamos, actuamos como no somos para gustar a gente a la que no le importamos, e intentamos trabajar duro para obtener la aprobación de gente que no nos gusta.

¿Y por qué hacemos todas esas cosas? La verdad, como no puede ser de otra forma, es que no me importa cuál es la razón exacta. No soy científico, ni sociólogo, ni psicólogo. Sin embargo, todo lo que sé es que esto tiene que ver con la historia, la cultura, los medios de comunicación, la mente, la política, la era de la información, y lo que tú decidas. La lista es infinita.

Aceptemos esto. Muchos de nosotros amamos analizar porque las personas no son felices o no llevan vidas plenas, incluso a veces nos alegramos de que sea así. Hasta lo juzgamos. ¿Puedes creerlo? En mi caso, el por qué no me importa mucho. 

la felicidad estoica - ser feliz - plenitud del ser - eudaimonía

Hace unos años estaba embobado con la idea de ser feliz. Pensaba que lo era, hasta que descubrí que todo era un engaño. 

Crees pero no es

Compras algo, y crees que te hace feliz.

Vas a un bar a hacerte unas cervezas con un amigo, y crees que eres feliz.

Te citas con una persona que te gusta, os besáis, y crees que estás tocando la felicidad.

Obtienes el trabajo que ansiabas, uno donde te pagan muy bien, donde todo el mundo admira tu posición, pero por el cual es arduo levantarte cada mañana. Y a pesar de todo esto, crees que eso es ser feliz.

Haces lo que amas, o al menos eso es lo que dices, pero no obtienes dinero por ello, y entonces piensas que eso debe ser la felicidad. 

Te vas de vacaciones durante veinte días, y querido, esto es felicidad y lo demás son tonterías.

Un nuevo coche, adivina, felicidad.

30% más de comentarios y likes en tu cuenta Instagram que el mes pasado = feliz como una perdiz.

No obstante, al final del día, cuando te recuestas en la cama (solo o al lado de tu pareja sentimental), piensas: “¿Qué es lo siguiente que tengo que alcanzar para ser feliz?”

Bien, puedo decirte qué es lo siguiente: tú corriendo detrás de algo, aleatorio y sin mucha importancia, que crees que te hace feliz.

La felicidad es la zanahoria a la que nunca acabas de dar ni un solo bocado. Es una ilusión. Un rumor. Una historia que nos han creado en nuestro conjunto de creencias universales.

La alternativa a la felicidad: Eudaimonía

La felicidad nunca puede depender de factores externos, solo puede nacer en el interior de cada persona. Cuando me di cuenta de eso, empecé a trabajar en ello con gran dedicación, autoconsciencia, autodisciplina y curiosidad. Me comprometí a ir tan lejos y profundo como fuese necesario.

Es entonces cuando vi esta frase de Aristóteles:

“La felicidad es el significado y el propósito de la vida, la meta final de la existencia humana”.

¿Nos estaba mintiendo este gran filósofo? ¿Estaba engañado?

No, ya que a lo que se refería uno de los padres de la filosofía, y también – creo yo – un poco estoico, es a la felicidad verdadera, la Eudaimonía. La felicidad que se crea dentro, la plenitud del ser, individual, es la única felicidad que podemos alcanzar.

La parte que no quieres escuchar es que solo se puede alcanzar conociéndose a uno mismo, entrenando la mente, el cuerpo, las emociones y el espíritu, es decir, amaestrándose a uno mismo, andando el camino del Alto Rendimiento Holístico.

Las grandes noticias, es que una vez que llegues, nadie ni nada podrá arrebatártelo. Este es el significado de ser feliz que nadie nos ha explicado.

Pd. Reflexiones del cuarto día del experimento vida estoica. Hoy practicando el hablar más lento, actuar más lento, pensar más lento.

Atribución imagen: notas psicológicas.

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