Podría decir que es cuestión del momento que estoy viviendo o que estoy metido en muchos, diferentes y profundos líos, que me siento totalmente completo. Lleno y auto-realizado o cualquier otra de las cosas que siento día a día. Sin embargo, lo cierto es que cada día que pasa deseo únicamente estar sólo y sin mapas. Lo más estimulante es que no se si debería estar aterrorizado o satisfecho. Caería más del lado de la segunda opción. Es un bonito romance.

Conectando el mundo que deseas

Claro que sí, ahora vivo con Juan aquí en Bogotá y pasamos tiempo juntos. Me gusta observar a la gente de mi alrededor y aprender de ellos- Hablo con mis amigos y familia cada día. Mis relaciones personales son como siempre he querido que sean, cortas, intensas, caóticas y pasionales. Nada que añadir aquí. La conexión con mi familia es de otro mundo, increíble. Con mis amigos, de Barcelona, Ibiza, Valencia, Alcoy, Alicante, UK, USA, etc. Es realmente enriquecedora, valiosa y divertida. Esto rodeado de la gente que amo y de la que creo que me ama. Aprendo de la historias sonde música clásica o la historia de España que nos cuenta el casero de nuestra casa aquí en Colombia. Un hombre bastante mayor, pero con una cabeza que funciona como la de una persona de 35 años.

Mantengo increíbles conversaciones con extraños que encuentro durante el mapa. Ni ellos me conocen, ni yo a ellos, de esa manera no hay sesgos ni condicionantes.Trato de vivir experiencias vitales como conciertos, viajes, aventuras, desafíos, etc. En resumen, nada podría estar mejor de lo que está en cuestión de sociabilizar, conectar y compartir trozos de mi vida.

Lo otro que no está en esta lista, lo dejo a un lado, no me interesa, no me gusta, no lo he entendido, paso de entenderlo o las cuatro. Quiero hacer lo que hago, me sienta fenomenalmente bien y me permite ser yo mismo al 100%. No dejo que entre en mi mundo, nada absolutamente nada que pueda corromper esta paz tan particular. No, digo no, esto me hacer decir sí a la vida que deseo vivir.

Tan simple que duele

En cambio, si tuviera que hablar de una semana ideal para mi, estaríamos hablando más sobre quitarme el pijama para hacer deporte (desconectar y conectar) y comprar alimentos (cuidarme por dentro). Compartir un corto periodo de tiempo con algo. Escuchar sus inquietudes. Aprender de su manera de ver la vida y poder obtener feedback sobre las cosas que me preocupan. Permanecer frente a una hoja en blanco intentando sacar todo lo que cada día hace cola frente a la puerta de mi amígdala. Nientras escucho Ludovico Einaudi o las listas interminables de Barroco, Romanticismo, Bellini, Pavarotti o Adagios. Quizás sea extraño, genial, es justamente lo que siento. La parte buena, que hacer esto no me aparta de la realidad, ni de vivir la vida como si mañana todo fuera a desaparecer. Ni de ser absolutamente libre.

Romántico empedernido – un bonito romance

Quizás mañana entrene durante 14h seguidas. Al día siguiente salga de juerga y no vuelva en un día, y al otro no me levante de la cama hasta las 16h, es ok. Eso sucederá cuando yo lo decida. Mientras, estaré tratando de poner en el mundo todo lo mejor que hay dentro de mi. Amando los resultados de vivir fuera del mapa y disfrutando de esta apasionada historia de amor. Un bonito romance.

La soledad no es un pecado. No es una excusa, ni un atajo, ni un remordimiento. Es un hecho, una elección consciente. Una forma de vivir, no necesariamente apartado del mundo.

Nota: sí, he visto «Into the Wild» y estoy de acuerdo, las felicidad es compartir. Elegir soledad es diferente.

Photo credit: Inesa V.