Vamos a hacer un trato antes de marcharme, siete días para desbloquear tu grandeza.
Tienes siete días para:
Apagar el botón de «soy un perdedor».
Desconectar la canción de la pena.
Acabar con la maldición de «no consigo ser autodisciplinado»
Deshacerte de tu peor saboteador (tu mismo)
Salir al mundo y tomar responsabilidad por tu vida.
Cambiar el «modo víctima» por el «modo héroe» (ambas personas son la misma ¿te lo puedes creer?)
Ser lo que eres, no lo que deberías ser, no lo que tendrías que ser, no lo que te recomiendan ser. Solo lo que eres.
Dar los últimos pasos del vals de la mediocridad.
Derramar todas las lágrimas del mundo por las injusticias que has vivido.
Jugar al escondite con la versión más grandiosa de ti mismo.
Golpearte psicológicamente por cada cosa que está fuera de tu control.
Creer que es tu culpa, que eres el causante, que podría haberlo hecho de otra manera.
Quedarte abrazado a tus complejos pensando que eso es precisamente lo que te define como ser humano.
Quedar paralizado ante la posibilidad solo por el mero hecho de que podrías fracasar.
Huir del progreso por miedo a ser rechazado por otra persona con archivos adjuntos más infectados que los tuyos.
Escapar del amor solo porque duele.
Seguir sufriendo por todo lo que no puedes controlar, y por lo que no.
Solo siete días más para acabar con el engaño de tu vida, el de vivir encadenado a la historia «pobrecito de mí», aun siendo el mayor fenómeno jamás creado después del Big Bang, el universo, las galaxias, los planetas, la vida.
Una vez acaben esos siete días, ya me habré marchado, pero a cambio llegarás tú en toda tu esencia. Aparecerás victorioso, libre, sin tapujos, sin limitaciones ni restricciones, sin separación entre tu forma más perfecta y colosal y el universo en sí. Así que tienes siete días para sacar toda la chatarra almacenada que hay en ti, todo ese desperdicio en forma comportamientos, pensamientos, acciones, sentimientos, para entonces echarlos por el WC del desapego y nunca más identificarte con el más mínimo patrón dañino. Puedes hacerlo solo o acompañado, compartirlo con tu pareja, tus hijos o tu equipo.
Podría no ser fácil, para eso tienes siete días. O por el contrario, podría ser la oportunidad de tu vida de expulsar toda la miseria que ya no tiene cabida en tu ser.
Saber que has respetado y cumplido este trato, sería mi mayor regalo de despedida.
Tenemos tiempo, tenemos siete días para desbloquear tu grandeza y devolverte al lugar de donde viniste.
¿Trato?