Cómo Hacer un Ironman Cambia tu Vida, por Stephan Fremeijer

Stephan freimejerAl igual que pasó con Lucas en el anterior post, también propuse a Stephan compartir su experiencia sobre lo que había pasado en estos 6 meses de preparación para el Ironman Niza 2012. No podía permitir que algo tan valioso no fuera conocido por el mundo.

Debo admitir que para mi es un auténtico placer poder ofrecer a personas como Stephan, una plataforma con la que poder contar al mundo una historia tan inspiradora como esta. Esto que viene es la historia de un verdadero Ironman, no por su dureza, sino por su humildad, sinceridad y humanidad, Stephan Fremeijer.

«He tenido la gran suerte de vivir esta magnifica experiencia. Con lo vivido podría escribir miles de páginas, pero voy a intentar ser lo más breve posible, ya que estas cosas no se me dan muy bien. Justo antes de navidad, Lucas y yo  bajamos por trabajo hasta Fundesem en Alicante para ver y comentar temas de aspecto laboral con nuestro amigo Isra. Durante la comida y la tarde  nos contó sus experiencias en el half-ironman Elche y en lo que duró esa misma tarde, bastó para convencernos.  No me lo podía creer ¡en menudo lío me había metido! En el camino de vuelta recibimos la llamada de  Octavio Pérez, amigo y preparador físico de Isra. Esa misma tarde pasó a ser nuestro preparador también y, todo hay que decirlo, ha sido uno de los pilares básicos en la consecución de este reto, por su manera de motivar, de transmitir y lo más importante, de congeniar con las personas.

En principio planificamos participar en un half-ironman, lo que ya suponía un reto importante, más aún cuando no tienes la preparación ni el material suficientes para afrontar un reto de esta magnitud.  El comienzo es muy duro pero con la ayuda de Octavio todo ha sido todo  mucho  más fácil. Hemos aprendido muchísimas cosas, partiendo desde cero. En ocasiones te vienes abajo pero él  sabe como motivarte cuando tienes un bajón y te sientes decaído. Se desvive por su trabajo, lo cual se refleja en sus ganas de motivar, de ver resultados, de que te superes a ti mismo. A los dos meses de entrenamiento, cuando todavía nunca había corrido más de 10 km del tirón, Isra, Octavio y Lucas me proponen hacer el Ironman Niza. Les dije: imposible. Lo vi realmente difícil. Llevaba un tiempo lesionado de la rodilla, y las distancias de la prueba en cuestión suponían unas barreras que en aquellos momentos a mi me parecían infranqueables.

Hay que decir que pude salir adelante gracias a la suerte de tener  un padre ex fisioterapeuta, que se implicó desde el principio y en todo momento para que pudiese conseguir este gran reto. Recuerdo que  5 semanas antes de la prueba me llegó hacer hasta 15 masajes en menos de tres días para que me recuperase antes y así poder hacer los últimos e importantes entrenamientos.

Para colmo de males también me lesioné a dos semanas de la prueba: una fisura en el pie que hacía que incluso dar un paso fuera extremadamente doloroso e incómodo. Pero ahí apareció de nuevo el “mister” Octavio  para motivarme de nuevo. Al final, parece que  cada caída te haga más y más fuerte; y tenia clarísimo que no me iba a parar de nuevo, así que me hicieron una infiltración y, con un poco de suerte, todo salió perfecto.

En día de la prueba fue realmente impresionante, sobre todo a nivel emocional. Eran las 6h 30 de la mañana. Minutos antes de dar la salida, las 3.000 personas que esperábamos el pistoletazo teníamos los nervios a flor de piel y más ganas aún de empezar nuestro reto. Solo con recordarlo se me ponen los pelos de punta. Después, transición para quitarte el neopreno y equiparte con la ropa de ciclismo. La ruta de bicicleta la disfruté mucho, pero al mismo tiempo sufrí (si, se pueden hacer las dos cosas a la vez). 180 km que alternan llano y montaña, subiendo 6 pequeños puertos y un coloso de 20 km. y un desnivel propio de una etapa reina de las grandes vueltas. Y para rematar, la maratón, 42 kilómetros de puro sufrimiento. Debo reconocer que es muy pero que muy duro. Los atletas caen como moscas, debido a los desfallecimientos, mala hidratación o alimentación…o simplemente cansancio y agotamiento. Pude aguantar bastante bien gracias al apoyo de algunos amigos que vinieron a verme y a darme su aliento cada vez que pasaba por delante de ellos, pero a partir del kilometro 30, cuando ya llevaba mas de 11 horas sin parar, mis piernas no podían más. No quise sufrir, me puse a pensar en lo afortunado que soy por las personas que tengo a mi alrededor: desde mi familia, hasta todos los que nos han apoyado y acompañado en estos seis meses para conseguir este gran reto, todos los mensajes de apoyo que recibí y los ánimos que me dieron amigos y conocidos. En especial tengo que dar las gracias a mi gran amigo Lucas, que aparte de amigo y consejero, lo quiero como a un hermano.

En la prueba de “half-ironman Barcelona”, Lucas pudo acabar la prueba con un buen crono, pero prefirió esperarme y que entráramos los dos juntos en meta. Ya en Niza, repitió el gesto, esta vez con nuestro amigo Isra, el cual, medio  lesionado, lo estaba pasando mal. De nuevo, renunció al crono y a escalar posiciones por esperar a su compañero y entrar juntos en la línea de meta. Estos detalles dicen mucho de su persona. También pensé en todas las personas que han tenido que aguantar todos mis entrenos, como mis amigos y mis compañeras de trabajo; y en los días en invierno en los que, de buena mañana antes de ir a trabajar, tenía que cumplir con mis entrenamientos;  o las horas y horas de natación que tuve que hacer debido a las lesiones; o en todas las noches y fines de semana que me he quedado en casa sabiendo que mis amigos estarían de juerga…pero al final, todo tiene su recompensa. Ha sido duro, pero aún más enriquecedor.

También ha sido especial el haber podido compartir experiencias y convivencias en los entrenamientos con Isra, una persona  que trabaja muchísimo y muy duro. Con todo esto y viéndole trabajar te das cuenta que los frutos que recoges son a través del sacrificio, el sacrifico de trabajar y luchar por tus metas día a día, sin descanso, y con la misma pasión que el primer día.

Durante la prueba, haciendo el maratón,  me cruce con un minusválido. Pedaleando en su silla de ruedas adaptada para la competición con las manos. Sin palabras. Cuando ves ese tipo de cosas te das cuenta de que no tienes motivos reales para quejarte, sino que deberías dar gracias cada día por ser como y quien eres.

Estas son las cosas que te hacen seguir para adelante y no parar nunca de luchar por conseguir  lo que quieres en esta maravillosa vida.

Recuerdo que ya acabada la prueba, pasadas las 16 horas fijadas para finalizar, vimos un señor que aún seguía corriendo por el tramo de carrera a pié. Nadie le esperaba en meta, ningún reconocimiento, ninguna medalla. Pero su fuerza de voluntad era mucho más grande que todo eso. Acompañado de un par de voluntarios de la organización consiguió terminar el circuito, sin importar la marca, el crono…solo su lucha contra él mismo. Me emocioné muchísimo al verlo y no pude evitar soltar la bici y las bolsas que estaba cargando para darle un sincero aplauso y unos gritos de ánimo.

En resumen, he de decir que estoy muy feliz ya no por ser “finisher” de un “ironman” , eso es lo de menos, sino por lo que esta experiencia ha aportado mi vida personal. Si yo lo pude conseguir estoy seguro de que cualquiera lo puede lograr, tan solo con proponérselo y decir,si, lo voy hacer y punto. Y ya no solo hablo del ámbito deportivo, sino de cualquier cosa que nos propongamos en nuestras vidas. Me ha ayudado a creer más en mi mismo, en poder vivir experiencias nuevas, conocer gente a la que admiro y a adquirir una experiencia para mi futuro laboral y poder luchar mejor para superar los obstáculos y contratiempos  que me puedan surgir en el futuro.

Con todo,  me quedo con una frase que encontré durante estos 6 meses de entrenamiento preparando esta “locura” junto a estos 3 “locos”: como no sabían que era imposible, lo hicieron.»

Gracias Stephan por dar un paso al frente, tener algo que decir y no tener el miedo de contarlo al mundo. Gracias por hacernos ver que la mejor estrategia que podríamos plantear jamás es creer en nosotros mismos y en los demás. Este es el motor del nuevo mundo.

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9 comentarios

  1. Joder , si a mi me has emocionado al leer tu narración , puedo imaginarme sólo un poco de lo que pudisteis sentir , pensar , sufrir y disfrutar durante la prueba . SOIS ENORMES !!!  FELICIDADES !!! 

  2. muy bueno, Stephan. Eres grande. Que tu experiencia nos sirva a quienes queremos llegar tan lejos.
    un abrazo

  3. uff ayer tuve mi primer experiencia en un Half y me emocionado mucho con tu relato , me siento identificado !!! y me llevo «como no sabían que era imposible, lo hicieron.” GRACIAS ..

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