¿Te has fijado en el rendimiento de algunos Mapmakers de la gran pantalla? Sean Penn por ejemplo, nunca muestran demasiadas complicaciones, en lugar de actuar sobre la complejidad, actúan sobre el objetivo y la emoción. Esto hace que su actuación está dirigida y enfocada de manera deliberada, causando así un fuerte choque. Sin duda es una clara intención en la acción, justamente en lo que percibes. Simplemente maravilloso.
Actores y dibujantes
Esto es lo que podrías aprender de este tipo de actores: tomas una escena del guión y la rompes en – llamémosle – latidos (o ritmos si lo prefieres). Un latido usualmente describe una línea clara de acción en el guión, una línea a través de la cual caminar si lo deseas. Tú y yo sabemos que cuando hay un cambio importante o giro brusco, entonces un latido acaba y otro nuevo empieza. Por supuesto, dentro de cada latido el actor interpreta las líneas del guión. Más importante todavía, el actor elige un objetivo para el latido.
El objetivo es el pequeño mantra secreto del actor. Nunca se pronuncia en voz alta, pero está latente en la mente del actor y le empuja a realizar su mejor actuación. Los actores saben que todo lo que dicen tiene un fuerte propósito en el momento que encuentran un objetivo para cada latido. Eso carga las palabras con energía. Eso lleva la escena a un nivel superior de intensidad.
Hay tres puntos determinantes que un actor sabe sobre un objetivo:
1. El objetivo es un verbo activo.
2. Necesita describir el impacto que buscas tener en la otra persona.
3. Necesita ser visceral para ti.
El chispazo, el objetivo
Los verbos activos importan porque desatan la velocidad delantera. Nos propulsan hacia la otra persona. Sin embargo, esta es la clave: un objetivo necesita ser un “chispazo” para el cerebro. Los actores aman hacer búsquedas sinónimas para encontrar los objetivos que permitan que su sangre fluya. Es lo que les mantiene vivos.
Mi objetivo en este post podría ser “excitarte”. Es «ok”, pero ¿qué pasaría si, en lugar de eso, fuera “incomodarte”, “incitarte”, “inquietarte”, “apasionarte” o “molestarte”? No hay tal cosa como un objetivo bueno o malo, pero si que hay objetivos no tan buenos o demasiado buenos. Los buenos objetivos estimularán tu cerebro, golpearán tu “sex-appeal” o desencadenarán tu imaginación, o atacarán a tus sesgos.
Toma esta noción y extiéndela a hablar en público, negociar, vender o escribir sobre algo. El resultado afilará el impacto que tienes en personas de manera que no podrías saber.
Photo credit: barrynow2008.
5 comentarios
Y si, es así. sin chispa, el motor no arranca.
Corazón y cerebro conectados. Necesitamos de ese fuego conector.
Acabo de escuchar el podcast de Victor Martin, muy emocionante !
Eres un ser auténtico. Me encanta.
Necesitamos la fricción para reaccionar o necesitamos reaccionar para generar fricción.
La fricción para reaccionar es, la emoción que enciende la chispa.
Qué dicen los demás?