Respuesta: automotivación.
Una manzana no puede crecer sin las pepitas que contiene dentro. Los tomates no crecen fuertes si no usas una estructura de cañas que sirva como instigación para aguantar su peso al cultivarse.
Lo mismo sucede con cómo usamos la motivación. ¿Ese entrenador de fútbol incitando a su equipo en el vestuario al terminar la primera parte del partido? No hay forma alguna de que un jugador se motive si no posee automotivación. El cambio sucede dentro.
¿Y la motivación que sucede con un buen líder o con Josef en nuestro microMBA Inconformistas, con los profesores de SOP o con las dinámicas de PEIG? La teoría es la misma. Tu preparación para la próxima presentación, la voz que escuchas en tu cabeza cuando dudas, el conocimiento que te lleva a tomar decisiones, el resultado de las acciones que realizas. Todo eso acaba siendo la versión futura de ti mismo.
Motívate
La clave que trato de establecer aquí es, que solo es posible motivarte a ti mismo, la automotivación. El desarrollar superhábitos, estándares y habilidades núcleo internos que te ayuden a impulsarte allá a lo lejos, a fuego lento, pero a fuego. Sin embargo, parece haber muchas dudas de que esto sea posible, principalmente por el mercado de autoayuda y motivación que hemos construido. Parece que estamos alejados de marcar la diferencia, sobre todo cuando te encuentras solo ante un proyecto, solo en un departamento, o aislado de un buen liderazgo, o preguntándote qué hacer ahora. Nos han hecho creer que la semilla, y la pepita, se planta fuera para que crezca dentro, eso es tan improbable como que una cereza nazca sin hueso.
Toda la motivación es automotivación, antes o después. El desafío y la oportunidad está en encontrar las fuerzas externas que nos ayuden a crear las fuerzas internas.
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Atribución imagen: Milan Goldbach.