En la incesante búsqueda por el alto rendimiento, nuevos aprendizajes y márgenes que explorar, el pasado jueves finalicé una pequeña prueba. Consistió en cuatro días sin comer o beber nada más que agua alcalina con PH 9.8. En realidad, más de 100 horas bebiendo solo ese tipo de agua. Ayuno de cien horas.

Esta prueba partió de uno de los componentes que he añadido a mi sistema personal de alto rendimiento, un día de ayuno a la semana. Algo que venía ya haciendo en las últimas tres semanas. Sin embargo, esto cambió cuando en una de las prácticas DeRose Method con Ric, aconsejó que probara el ayuno una vez a la semana, pero con agua alcalina únicamente. De esta forma conseguiría limpia el cuerpo, mente y espíritu y al mismo tiempo, activar y fortalecer el sistema inmune. – Aquí información extendida. – La idea me pareció interesante, al menos probarla y sentir los efectos. Entonces pensé llevar un poco más allá y extenderla durante poco más de cuatro días, a un ayuno de cien horas bebiendo agua alcalina.

Ayuno de cien horas, solo agua alcalina

Qué sucede cuando te alimentas solo de agua alcalina durante más de 100 horas. Esto es algo de lo que experimenté.

• Grandes niveles de energía y concentración durante los cuatro días. Con una excepción.
• La excepción: el cuarto día decidí hacer deporte, 10 kilómetros de carrera a pie. Corrí a 5:30 min/km. Tenía claro que iba a estar cansado y que no podía esforzarme mucho. La cadencia era alta, igual que el consumo de oxigeno. Notaba mi cuerpo más pesado y lento. Al llegar, parar y estirar, comenzaron a dolerme los brazos, por el movimiento de inercia al correr, luego sufrí un bajón de energía bastante considerable que prácticamente fue un «fuera de combate» total. El segundo día realicé entrenamiento en ciclismo de rodillo, circuito de fuerza y natación, supongo que ahí todavía dispondría de reservas.
• Al estar continuamente hidratando el cuerpo, pasas más tiempo en el baño que en otro sitio, la verdad. Si es cierto que con el agua alcalina, las probabilidades de orinar se multiplican por tres, por lo menos.
• De forma inevitable tienes más tiempo, ese que no inviertes en desayunar, comer, merendar o cenar o picar cualquier cosa. Y prepararla y servirla. Resultado ultraproductividad extrema, todo sin perder concentración, habilidad y destreza. Una buena técnica para cuando debes tomar medidas drásticas en tu trabajo. No recomendado para todo el mundo.
• No recuerdo ningún día en estos últimos tres años donde las meditaciones fueran tan intensas y fluidas como en estos cuatro días. Tampoco sé muy bien la razón, pero sí sé que he sentido momento de vacío y profundidad bastante prolongados mientras meditaba.
• En clases de yoga, pilates y DeRose Method, como explicaba a Ric, mi rendimiento en materia de elasticidad y flexibilidad fue de lo mejor que había visto hasta la fecha. Encontré la relación con estos cuatro días, ya que antes de ayer y ayer volví a mi índice de torpeza habitual en los ejercicios y posturas de equilibrio. También a no tener una gran elasticidad.
• Pasé de 72 kilogramos de peso a 67 kilogramos, en cuatro días. Importante: eso no sirve para perder peso, nada más comer al día siguiente mes estabilicé en 70 kilogramos, sin comer ninguna barbaridad.
• Desaparecieron los dolores en la inserción de la rodilla izquierda que vengo arrastrando desde hace casi un mes. Esto es incomprensible porque aparecían siempre al kilómetro número seis, corrí diez como si nada. Ayer volví a correr y al kilómetro ocho tuve que parar a causa del dolor.

Después del ayuno de cien horas

Ahora, varios días después, me encuentro con más energía que antes de empezar. Mejor concentración y con una disposición mayor a no dar a mi cuerpo. La lesión y el dolor han reaparecido. Me pregunto si tiene que ver con lo que hice o no.

Esta pequeña prueba ha abierto las puertas a lo que será mi siguiente experimento. Tan pronto como finalice el experimento cero excusas.

¿Quieres saber algo más sobre esta prueba? ¿Alguna curiosidad o pregunta?

Photo credit: SteFou!