Eso es lo que crees a menudo cuando:
- Consigues ganarte la confianza de tu cliente.
- Enamoras a tu pareja.
- Encantas a tu audiencia.
- Sorprendes en algunas ocasiones a la persona que te atrae.
- Realizas una acción caritativa aleatoria.
- Sobrepasas a tu competencia.
- Aprendes a montar en bicicleta de dos ruedas.
- Marcas un gol faltando 10 minutos de partido.
- Preparas la presentación el día de antes.
- Cuentas con la ayuda de los mejores.
- Vienes apadrinado por alguna súper-estrella o celebridad.
- Alguien va y se abre a ti.
- Estás en lo más alto de tu carrera profesional, con un salario todavía más alto.
- Quedan diez minutos para llegar en coche.
Y tantas veces la situación nos da una bofetada en la cara. Y tantas veces vemos como lo que parecía inevitable se vuelve evitable, imposible es posible, seguro se convierte en un gran riesgo. Positivo en negativo. Obvio en incierto.
- Tu cliente se marcha a la competencia justo cuando más ventas producía.
- Un día llegas a casa y encuentras una nota de tu pareja, ha perdido su fuego, no era correspondido.
- La audiencia no llega, se aburre con tus actuaciones.
- Tu competencia innova mientras dormías la siesta y te pasa por encima.
- En dos jugadas aisladas, el 1 – 0, se convierte en 1 – 2, en cinco minutos, el tiempo extra.
- Faltando dos kilómetros, desabrochas el cinturón del coche y un perro se cruza en la calzada.
- Los mejores un día no aparecen, está solo ante la acción.
Nada se considera hecho hasta que lo haces, nada esta ganado hasta que lo ganas continuamente, lo cual requiere constancia, sacrificio, atención, perseverancia, pasión, tacto, cariño y respeto.
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