La alimentación macrobiótica ha sido una ayuda fundamental en mi vida, una gran recomendación que recibimos Lucas y yo de la mano de David Ferrer cuando preparábamos nuestro primer Ironman. Una que, llevada rigurosamente es sin duda un enorme aliado hacia lograr un alto rendimiento físico, mental y emocional. Esto fue lo que me animó a realizar mi primer test alimenticio, el experimento Macrobiótica Extrema.
Es decir, 31 días comiendo arroz y sopa de miso, nada más.
Y así fue.

Antes, merece la pena considerar dos aspectos:
Principios básicos de la Macrobiótica
- Comer tan solo cuando se tiene hambre y solo la cantidad necesaria.
- Tomar alimentos provenientes del medio en el que se vive y de temporada.
- Evitar tomar cosas extremadamente fuertes, pesadas y químicas, con el fin de favorecer la fortificación del sistema nervioso autónomo.
- Tomar alimentos lo menos manipulados posible.
- Masticar concienzudamente cada bocado.
El experimento pretendía profundizar en los principios más avanzados.
Beneficios de la macrobiótica
La clave está en comer aquello que equilibre nuestra condición actual, eso es la macrobiótica. Los beneficios que obtienes a cambio es más.
- Energía, resistencia y vitalidad.
- Regularidad.
- Estabilidad.
- Menos acidez.
- Pérdida de peso.
- Claridad mental.
- Calma
Fuente: El libro de la vida Macrobiótica de George Oshawa – doctor Sagen Ishizuka.
Recursos
- George Oshawa.
- Libro de la Vida Macrobiótica.
- Cuadro de mando Experimento Macrobiótica Extrema.
31 días comiendo arroz y sopa de miso
Este vídeo explica, dos años después, los efectos y resultados posteriores del experimento:
Atribución imagen: Joi Ito.