Éxito. Vencer. Triunfar. Tener éxito. Todo acaba aquí, ganar.
¿Cuál es el significado de ganar para ti? Piénsalo. Y cuando respondas… ¿cuál es el significado que debería tener en realidad?
Ganar…
Dar un paso al frente cada día.
Enfrentarte a las molestias que sientes, una y otra vez.
Desafiarte para desatarte a diario.
Empujar más allá de la zona segura cada día un poco más.
Prototipar el producto hasta que funcione.
Ofrecer tus servicios gratis hasta que hayas ganado la suficiente experiencia, capacidad resolutiva y tracción como para ponerle un precio que el mercado pague.
Cuidar a los clientes tanto o más como cuidas a la gente que amas.
Sí, eso es ganar, pero esa victoria no es la definitiva.
Ganar es perder
Caer fuerte.
Tocar fondo.
Hundirte.
No lograr poder levantar cabeza después de cinco intentos.
Golpearte emocionalmente.
Estar roto y no saber cómo reconstruirte.
Recuerda que en los momentos más duros, cuando no hay esperanza a la que sostenerte, cuando además la situación empeora… Recuerda que justo ahí está la victoria más grande que un ser humano podría conquistar. Eso es ganar.
Recuerda no pausar, no dudar, no decirte «no, no puedo». Claro que puedes, puedes respirar, déjate caer hacia delante, eso permitirá moverte aunque caigas al suelo, habrás avanzado. Entonces te levantarás, con las piernas temblorosas, con la energía mermada por el dolor o el miedo, y entonces, sacarás fuerzas desde algún sitio para resistir lo que venga para volver avanzar. Y ahí, en cada uno de esos pasos, ganarás.
Pero espera, quizá pierdas de nuevo. Quizá no ganes, ni en tus relaciones, con tu familia, en el reflote de tu negocio o en dejar atrás todos esos traumas de la infancia.
Da igual, en esencia, habrás ganado, porque tú espíritu nunca se rindió.
Eso, amiga o amigo, es ganar.
Tal y como mi abuelo me enseñó, esa la victoria suprema, mantener tu cabeza en alto, e incluso ante la presencia sin escapatoria de la derrota, levantarte y lanzarte de nuevo.
Eso, es ganar.
Atribución imagen: Petri Damsten // Sirenz Lorraine.