Parece que es más fácil destrozar, criticar o restar que construir, sumar o aportar. Cuando algo no nos gusta, interesa o resuena con nosotros, no es que lo ignoremos – eso podría no estar mal después de todo – sino que tratamos de borrarlo del mapa.
Robaré tus Esperanzas
Si lo que haces no está alineado con mi percepción del mundo, tu camino está equivocado. Si lo que tu has creado no se me ha ocurrido a mi, cargaré contra ti. Si lo que dicen de ti es bueno, pensaré que has manipulado a esas personas. Si lo que dices no es lo que pienso, lo único que dices son estupideces. Si tu conferencia no me gusta, resulta que eres un vende-motos. Si tu proyecto tiene éxito, diré que es suerte. Si lo que recibes no es lo que esperabas, es que no me entiendes. Si lo que hace tu empresa no me gusta, serás criticado.
Hay personas que se dedican a robar sueños y fulminar ilusiones sencillamente por que no han tenido el valor de soñar increíble y lanzarse a por esas ilusiones.
Cambia la Historia
Me pregunto qué sucedería si en lugar de emplear nuestras energías en atacar o sabotear las ideas o trabajo de otros, destináramos esas energías en ayudar a comprender, potenciar, mejorar y apoyar a esas personas a las que tratamos de persuadir en sus intentos e iniciativas. ¿Qué pasaría si en lugar de robar sueños y cerrar puertas, creyéramos en las personas y abriéramos nuevos caminos por ellas?
Si eso ocurriera, viviríamos quizás en un mundo increíble lleno de oportunidades.
Photo credit: Ana_Rey.