Stop. Pausa. Pienso sobre ayer. Mañana. Y el momento presente…
No importa cuanto tiempo vivas, si cinco o mil cien años, no puedes perder más vida que las que ahora posees, no puedes disfrutar una vida distinta a la que te ha tocado vivir. Por lo tanto, a fin de cuentas, la vida más intensa y corta o la más intensa y larga valen lo mismo. El presente es igual para todos, y lo que se gana y se pierde también es para todos igual, es decir, no importa mucho si ganas o pierdes. Nada nos pertenece, tarde o temprano te tocará despojarte de todas y cada una de tus pertenencias. Incluso de la propia vida.
Piensa en el futuro que cada día imaginas, aunque sean cinco minutos por delante de la actividad que realizas. O dentro de tres años cuando cumplas tus sueños. No te pertenece. No puedes ganar algo que no has saboreado. Como tampoco puedes perder algo que has sentido y disfrutado pero ya pasó, por lo tanto no puedes perder el pasado, al igual que lo venidero. ¿O acaso se le puede arrebatar a una persona aquello que no tiene? Ya sea porque pasó o porque todavía no ha llegado.
2 cosas sobre el momento presente
Cada día me recuerdo a mí mismo:
- Las cosas no son buenas o malas, solo son, tienen el mismo aspecto. Lo que cambia es la perspectiva, enfoque, sesgos o trivialidades con las que mis ojos las ven. No hay diferencia alguna en hacer el mismo trabajo durante diez años que durante doscientos treinta.
- Si me voy antes de este mundo, voy a perder lo mismo que si viviera hasta los noventa y nueve años o más.
¿Qué es lo que me estoy perdiendo entonces? El momento presente. Es el único que poseo y del que, solo en ocasiones, soy dueño.
No puedes perder lo que no tienes, pero podrías estar perdiendo la única cosa que seguro que sí podrías tener. El momento presente.
En palabras de Séneca: la vida es corta solo para aquellos que no saben aprovecharla.
Atribución Imagen: Javier pérez Viu.