Una vez 2017 ha acabado, algunos tomamos un día para recapacitar sobre todo lo sucedido. Casi siempre el día 31 o el día siguiente, o el día 2. Otros, como es más mi caso, extendemos ese proceso y práctica reflexiva sobre las pequeñas grandes lecciones, un poco más en el tiempo para poder desgranar con más perspectiva todo lo que ha dado de sí un año.
Dentro de ese súperhabito perspicaz de diseccionar el pasado año, una de las partes a analizar son los aprendizajes más esenciales del año. Esas pequeñas grandes lecciones que te cambian a mejor. Bien, este es el resultado de mi propia experiencia.
Aprendizajes esenciales en 2017
A continuación un listado de pequeñas grandes lecciones para mí. Y en ningún caso clasificadas por un orden en especial:
Cualquier decisión tomada con la mente y desde la racionalidad, será una decisión que con el tiempo verás con remordimiento.
Si tu cabeza te dice “no lo hagas”, y tú corazón te dice “hazlo”. Escucha a tu corazón, instinto o intuición o vocecita, o como quieras llamarlo.
Deja atrás todo lo que te pese, te haga ir más lento y te genere la más mínima ansiedad. Incluido y sobre todo, las personas.
Si al levantarte, cuando meditas, o tomas tiempo para estar contigo mismo, hay una voz que se repite todos los días sobre el mismo tema. Y resulta que ese tema / persona no te permite estar tranquilo más de dos días seguidos. Tómalo como una señal que dice “requerida acción inmediata”.
Necesitas el 80% menos de lo que tienes para llevar una buena vida.
En lugar de buscar técnicas avanzadas de marketing, ventas, negocio o comunicación, centra todas las energías en las más efectivas y eficientes. Casi nunca coinciden con las más avanzadas.
Nada de lo que sucede en la vida es permanente, ni siquiera la propia vida, pero la muerte quizá sí. Así que deja que eso determine cómo piensas, actúas y hablas.
Habrás ganado el día si consigues crear un espacio de tiempo entre una y tres horas cada mañana. Espacio para que puedas dedicarte a ti por completo, para tu bienestar mental, físico, espiritual y emocional.
Permanecer ecuánime a las situaciones es la forma más directa y simple (que no fácil) de ser feliz y vivir alegre.
El 85% de la conversación que ocurre en nuestra mente es negativa / saboteadora. Abrázalo y empezarás a cambiar ese hecho.
La mejor forma de cambiar las cosas que se resisten es aceptándolas tal y como son.
Cualquier forma de control sobre la que no ejerzas un 100% de dominio, será una causa de sufrimiento, descontento e infelicidad.
Escribe una carta con todo lo importante que tengas que decirle a una persona, como si mañana mismo se fuera a marchar del mundo. Ve y entregársela o leésela.
Piensa, actúa y vive como si cada vez que estás con una persona que te importa, fuera la ultima vez que estarás con ella.
El problema no viene desde fuera, sino desde dentro.
No hay negocio / proyecto que despegue sin trabajo implacable por parte de todos los socios / miembros que intervienen.
Sentir desapego de las cosas no es malo, todo lo contrario. Lo importante es dejar de machacarte por no sentir el apego que deberías sentir por las personas que te importan.
Acepta la parte de indignidad, grande o pequeña, que hay en ti.
La alimentación óptima es el turbo definitivo, junto al descanso, el ayuno
30 minutos al día de yoga, power yoga, ashtanga yoga, o derivaciones, sientan mejor de lo que podrías esperar.
Una máquina de inversión en casa (y utilizarla al menos cuatro veces a la semana, dos o tres veces durante cinco minutos) es uno de los mejores lecciones-trucos de bienestar que podrías aprender.
Si las personas con las que trabajas, clientes, proveedores, equipo, no siguen tu ritmo, busca a otros que sí lo sigan. Aplica al revés también.
Antes de discutir con alguien o llevarle la contraria, cuando veas que no vas a poder razonar, desiste.
Ve en busca de la virtud. La virtud es un punto medio entre dos excesos. Son hábitos adquiridos, inclinaciones que potencian los poderes de nuestra alma, de modo que podamos hacer lo que es correcto más fácil y más rápidamente.
Nunca retoques nada pensando en cómo otros lo verán. Retócalo porque tú no estás conforme para ti o puedes mejorarlo para ti, no para agradar o gustar a los demás.
Encontrar el enfoque rentable de las cosas, tanto personales o profesionales es el objetivo. Si no es rentable, y es algo superficial que no vas a sacar provecho como experiencia o vivencia, no lo hagas, Déjalo.
Cuando se trate de ser tu mismo, no busques perdón o excusas.
La mejor prueba de habilidad social es cómo te relacionas con los niños.
No puedes contar cada minuto u oportunidad como algo que sabes que vas a aprovechar.
No hay necesidad de ser exacto. Al menos para que otros no interpreten lo que quieres transmitir de una forma exacta. Ya que cualquiera lo interpretará de la manera que quiera o desee. No puedes manipular las interpretaciones.
Las pequeñas grandes lecciones generan movimiento
Sí, y al final del día eso es lo que importa. Uno de mis superhábitos dentro de mi algoritmo de alto rendimiento es anotar cada día qué es lo más importante que he aprendido. Esas pequeñas grandes lecciones de las que hablamos. No es sobre aprender, que de por sí ya lo hacemos. No, es sobre ser conscientes de ese aprendizaje que sucede a diario, para entonces quedarte con una o dos cosas cada día.
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