La próxima que te sientas solo, desconectado o despreciado, va lo siguiente… Primero, considera que podrías convertirlo en una ventaja competitiva, aislarte del resto y crear ese tiempo necesario para que la reinvención interna y externa vaya ocurriendo. Segundo, considera también que como las enfermedades, ésta también afecta a todo el mundo. Lo que cambia es que unos le sacan provecho al aislamiento y otros nos derrumbamos cuando llega, o incluso antes de llegar.
La conexión está en el aislamiento
Tan pronto como nos damos cuenta que aislarnos y desconectar, es en muchos casos, el mejor antídoto para destacar y potenciar nuestra creatividad, las relaciones con pareja o reinventar-nos, entre otras muchas más razones, ventajas y problemas. Es entonces cuando podemos enfrentarnos a un aislamiento positivo.
Cuando desconectas del ruido, del tumulto, del resto, incluso de ti mismo, una luz empieza a brillar. Esa luz alumbrará caminos que antes no lograbas divisar.
Piensa que todos estamos solos, pero no desconectados, no aislados. Todo lo contrario. Ese es el truco. Si invirtieramos más tiempo en desconectar de lo que importa y de lo que no. Podríamos volver a reconectar de forma consciente, fresca y más perspicaz que la vez anterior.
Sin desconexión no hay posibilidad de conexión exitosa
La razón de vivir conectados reside en que existe una cola interminable de cosas urgentes, todas justificables. Todas requieren tu tiempo, atención, esfuerzo, paciencia y gracia. Te requieren a ti y solo a ti para que las resuelvas. Así que lo haces, cada día, sin ver nada más allá, desplazando lo importante en favor de lo urgente.
El foco debe estar en el presente, sí, claro, pero ese presente debe estar basado en un viaje que se sostiene en el tiempo. Adquirir nuevos clientes, lanzar un nuevo producto o acabar tu proyecto.
Por supuesto este es un reto que afecta a todo el mundo, justo como la soledad, pero hay algunas personas que los entienden y lo superan gracias al aislamiento, De cínicos, críticos, distracciones, redes sociales, smartphone o proyectos no solventes. Incluso tú lo lograste, cuando tuviste un tiempo para poder ver las cosas con claridad. Piensa sobre ello… ¿Cómo ves las urgencias de hace un año? ¿Quién las maneja ahora?
La razón por la que seguimos aquí, sin parar, es porque estar conectados y rodeados de cosas y gente nos hace sentir competentes, útiles, ocupados. Así no tenemos que estar con nosotros mismos. Somos buenos haciendo eso. Solíamos ser peores, pero hemos mejorado en el arte de no tener que enfrentarnos a nosotros mismos, sin nada, desnudos.
En cambio, ese aislamiento, esa desconexión, significan tensar el miedo, abrazar la incertidumbre y reconocer que somos un fraude.
Ahora que sabes por qué, ya puedes bailar con ello.
Artwork: Charlie Abad Estudio.