Aunque raramente encontrarás «guest posts» aquí, este precisamente es uno de ellos. Una reflexión/artículo que Nacho Gómez de Shortcutmkt compartió conmigo hace unos días sobre el entorno interrumpido en el que vivimos, cómo hemos llegado aquí y la necesidad de una comunicación más humana para de nuevo sobresalir y conectar con el mundo. Desde luego merecía la pena compartirlo contigo:
En la sociedad 3.0, tatuada de sobreinformación y con stress de inmediatez, el marketing, la comunicación, las agencias, los anunciantes, y todas las personas que nos hemos apuntado en esta fiesta somos en gran parte responsables de la educación de la Sociedad. Gracias (o a causa) de nuestras acciones, la Comunidad irá en una dirección u otra, así que hemos de ser conscientes de la responsabilidad que tenemos y asumir el mando a lo largo de la vida comunicativa de cada una de las acciones que desarrollamos. Lo hemos hecho siempre, desde los inicios, y nos hemos sentido cómodos, pero parece que la nueva tecno-etapa ha hecho que perdamos el control. Nosotros, los que siempre hemos dirigido el rebaño a través de la comunicación; los que hemos dicho qué, cuándo, dónde y por cuánto hemos de comprar, ahora patinamos transmitiendo la información. Derrapamos entre medios, canales, transmisores y receptores y acabamos chocando (en muchos casos) con el muro de la incongruencia.
Arrasando todo vestigio
El tsunami digital provocado por las nuevas tecnologías se ha llevado por delante las clásicas formas de comunicar dejando a su paso miles de cadáveres conceptuales, estrategias, creativos, agencias y marketeros que, anclados en su pensamiento unidireccional, no han sabido surfear la que debería haber sido mejor ola de la Historia.
Trastorno de principios
Es nuestra oportunidad. Hemos de ver el cambio. Hemos de crear el cambio. Hemos de creer en el cambio. Hemos de dar a luz nuevas formas de comunicación que aprovechen los medios que nos regala la tecnología para ahondar en la forma más básica de la comunicación humana: la-co-mu-ni-ca-ción-hu-ma-na. Y es que debería ser tan sencillo como eso: comunicación entre humanos mediante los nuevos soportes transmisores. ¿Disrupción? No. En todo caso alteración de los principios fundamentales.
Comunicación: proceso mediante el cual se puede transmitir información de una entidad a otra, alterando el estado de conocimiento de la entidad receptora. Es decir, nosotros (marca/producto) transmitimos información al consumidor para alterar su estado de conocimiento y tratar de convencerle para que haga lo que le digamos. Eso es Educación. Bonito mix el de tratar de vender un producto y, a la vez, educar a la Sociedad. Bonito reto jamás antes afrontado. O sí, pero no de forma tan evidente.
Antiguamente las marcas debían preocuparse de vender. Y ahora también. Pero antes sólo era necesario vender. Ahora no. Las marcas siguen diseñando, fabricando y vendiendo productos. Pero ahora, si sólo venden, están condenadas a morir más pronto que tarde. Las marcas están obligadas, también, a educar comunicando. Porque la información que aportan tiene difusión inmediata, viral y trascendente. Porque llega de forma directa al consumidor. Sin barreras ni censuras y por distintos canales. Y a todas horas. Chorreo de información multicanal que hemos conseguido entre todos. Sí, no nos engañemos, somos los responsables de esta situación. Somos quienes hemos creado al monstruo y somos quienes debemos domesticarlo. Y todo debería empezar por valorar a cada uno de los agentes implicados como lo que son. Personas. Que comunican a personas. Mediante canales creados por personas. Para generar mejores personas.
Quien consiga esto se diferenciará (por desgracia) de la competencia, crecerá como marca y venderá más. Y es que, al final, nos pagan por vender más, no?
Photo credit: mario bellavite.
2 comentarios
Que me quiera educar una marca, sabiendo que detrás hay intereses económicos, me da pavor. Es más, cómo venga una marca a intentar educar a mi hija (de manera consciente, que inconscientemente ya lo intentan) sin tener en cuenta mi criterio las van a pasar canutas. Y estoy convencida de que esto lo piensan muchas más personas aparte de mi.