Imagina vivir sin mentir, algo complicado, más de lo que pensamos. Un estudio de la Universidad de Massachussets demostró que en menos de diez minutos somos capaces de mentir al menos tres veces. Piensa cuanto podemos mentir de media en un día. Qué clase de mentiras, a quién, en qué contexto, con qué pretexto, con qué efectos posteriores. Cuando empecé a pensar sobre esto, quedé enganchado. Sí, fascinado con la idea de realizar un experimento donde intentar vivir, trabajar, viajar o convivir, durante 20 días, sin mentiras.
Preguntas
¿Podría reconocer la mentira? ¿Estar un solo día sin mentir? ¿Una hora? ¿Una semana?
¿Qué pasa cuando solo dices lo que para ti es la verdad o lo que realmente piensas? ¿Cómo afecta esto a otras personas? ¿Y a uno/a mismo/a?
¿Cómo reacciona tu mente ante un dilema moral a la hora de mentir o decir la verdad cuando sabes que no mentir te meterá en problemas o dañará a alguien?
¿Qué otras habilidades puedes desarollar cuando te esfuerzas en no mentir? ¿Qué es lo que logras extraer? ¿Cómo te cambia a ti y a tu personalidad?
¿Cómo de vulnerable puedes volverte?
Solo formulando estas preguntas ya dan ganas de empezar con el experimento.
Vivir sin mentiras
¿Es viable una vida sin mentiras? Había un supuesto precedente, el de Cathal Morrow, un periodista Inglés que en 2008 anunció que iba a estar un año entero sin mentiras. Esto sería su próxima novela «El Kant Completo», basada en su año sin mentir. He buscado y su blog ya no está activo. He ido encontrando extractos de lo que parece que fue esa novela. No he podido encontrar el libro por ningún sitio, por lo que tampoco he podido averiguar con certeza si logró su objetivo. Hay algunas críticas al respecto. No es de extrañar, es un tema que sacude al statu quo y a los escépticos.
En mi caso, voy a empezar hoy, no sé si lograré aguantar 20 días, pero si sé algo con toda certeza, voy a probarlo. Testearé cada día. Analizaré y mediré parámetros. Anotaré comporamientos, conductas y reacciones. Estoy decidido.
Cómo llevarlo a cabo
Crearé un cuadro de mando donde seguiré el progreso de los siguientes parámetros:
- Tentaciones.
- Número de mentiras.
- Tipos de mentiras.
- Reacciones internas.
- Reacciones externas.
- Observaciones y feedback.
Desde luego no voy a ocultarme, ni esconderme de nada o nadie. Afrontaré cada día con absoluta normalidad. De hecho estos próximos 20 días son bastante movidos. Empezando mañana en Manacor, luego Madrid, Sevilla, Burgos, Alicante, Madrid, de nuevo Alicante, Valencia, etc. En todos estos lugares estaré interactuando profesionalmente con otras personas y empresas. Intrigante al mismo tiempo que inquietante.
Somos algo mentirosos
Todos mentimos, bastante, mucho o demasiado. Decir que mentimos poco es muy optimista y poco real. Siempre hay una pequeña mentira, cuando aparece, va otra pequeña, luego otra y otra, y otra. Son mentiras pequeñas y «blancas» (o mentiras piadosas). La cuestión es que o dejan de ser mentiras que van creciendo y creciendo hasta convertirse en jugosas, calóricas y desproporcionadas hamburguesas cocinadas en una casa de comida basura. Las pequeñas mentiras crecen hasta tomar la dimensión de una bola de nieve. Este es un estudio de University College of London bastante significativo al respecto.
Otra de las razones por las cuales empiezo este experimento tiene que ver con Burning Man. Cuando estuve allí, Tucho, uno de mis compañeros de campamento, me habló de vivir sin mentiras. Explicó que estuvo en un taller de una pareja de emprendedores de Silicon Valley que no mentían. Cada vez que lo hacían pagaban 100 dólares. Me pareció algo fuera de lo común. Raro. Pienso que cualquier cosa rara y hasta incomprensible, debe ser perseguida.
Empecemos. ¿Alguna pregunta?
11 comentarios
¡Hola Isra!
Con tu permiso, te sigo durante los próximos 20 días. Sin mentiras. A ver que pasa.
¿Seguiras algún sistema para anotar resultados?
Un saludo,
Sí. Los primeros días parar entre uno y tres minutos después de cada interacción para analizar. Supongo que los días poteriores será más intuitivo.
Después anotaré todo en un cuadro de mando que compartiré dentro de 10 días.
Hola! Tengo una, ¿identificaras la mentira o estará esta tan incrustada que no será tan fácil detectarla? No me refiero a mentiras conscientes si no a las propias que nos decimos para autosugestionarnos. Atento a tus conclusiones.
La verdad: no tengo ni idea todavía Juanma. Primero, la verdad y la mentra es tan relativa. Segunda, tengo más respeto a la mentira externa que a la propia, soy brutalmente honesto contigo mismo, a veces demasiado. Otra cosa es que identifique nuesvos patrones de mentiras y con ellos conducta. Veremos, prometo aportar una segunda parte a esta pregunta.
¡Genial!
Yo ya tengo el mio.
Gracias por inspirar.
Adelante Fran.
Incluso la mentira tiene su lado positvo 🙂 Creo que el contexto en el que vivas podría resultar necesaria incluso para sobrevivir. Soy muy de vivir sin metiras, y aun así se cuelan. Como decía Platon «hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando hablamos de la verdad». Sigo pensando que es un axíoma del ser humano y que la intencionalidad es lo más importante y difícil de medir (dependerá de la situación y de la realidad de ese momento… o percepción de ese instante). Pendiente de saber cómo se desarrolla este experimento 🙂
Colocarnos en la situación y vivirla es aquello que hace posible que podamos experimentar, medir y trabajar la utilidad del resultado. Ahora mismo es un sinfín de conflictos y de atención.