Es domingo, cancelo entrenamiento por la mañana, sesión de spa por la tarde y cita (posiblemente imprudente) por la noche La razón, trabajar enfocado, de 9h a 23h, solo, desconectado de Internet y de la telefonía móvil, avisando a mi madre primero, claro. Conjurándome para dar lo mejor, porque quiero crear algo que tengo en mi cabeza, porque quiero materializarlo, porque no estoy dispuesto a esperar al hada madrina, porque sé que soy capaz de construirlo, ya está decidido, va a suceder. Al final de la noche, he creado un proyecto en base a una idea, un proyecto que ya tiene fecha de lanzamiento, plan de trabajo, estrategia comercial, magnitudes financieras, núcleo de negocio y credenciales. Voy a la cama, suspiro, no creo en las oportunidades, creo en mí y en mi capacidad de sorprenderme a mi mismo, sin la necesidad de publicar una foto en Instagram diciendo lo que soy capaz de hacer.
Cuando tenía 17 años un profesor me preguntó en qué pensaba que era bueno, no supe decir nada mejor que, en ser bueno recibiendo un “no” y entonces trabajar mucho para obtener un “sí” (esta fue la definición exacta). Era bueno en intentar hacer cosas que no se me daban bien y esforzarme por aprenderlas.
Si me preguntaran hoy, mi respuesta no variaría demasiado. Sobresalgo en trabajar (mucho) de manera inteligente, hacer cosas que no sé (y en ocasiones no debo) hacer, fracasar mucho, rápido y barato e intentar diferente sin parar, y por el camino llevarme conmigo dos cosas; el mayor número de inputs (y por lo tanto outputs) y arrastrar al máximo de personas que pueda llevarme por delante.
Tengo claro en que sobresalgo, por eso sobresalgo ¿Y tú? ¿En qué sobresales?
Photo credit: McBeth.
5 comentarios
Buena idea para comensar una noche .
Me alegro de que resuene amigo Yoan, saludos desde Madrid a Santo Domingo.
La clave es querer , querer fracasar para aprender, aprender a ser bueno, ser bueno en sobresalir, sobresalir en hacer que los demas quieran, gracias Isra …
Eso es Domicio.
Brillante!