La mayor parte del sufrimiento es anticipado, ilusorio o autoinducido sin causa verdadera alguna, esto es algo contra lo que los estoicos ya nos prevenían.
“Tenemos el hábito de exagerar, o de imaginar, o de anticipar el dolor”
Séneca.
Alguien te hace daño y duele, sufres. Para un momento ¿quién te ha hecho daño? ¿La persona que actuó correctamente según su propio juicio y sistema de valores o tú que esperabas que esa persona actuara cómo tú deseabas? Entonces ¿por qué sufres? Porque tú eliges sentirte dolido por otra persona.
Te sientes traicionado y sufres. Detente, ¿quién se siente traicionado? ¿El que recibe un comportamiento que no espera de la otra parte o el que actúa según su propio albedrío? ¿Por qué sufres entonces? Porque decidiste sentirte traicionado.
Te han engañado, te la han jugado, y ahora te sientes mal, dolido, sufriendo. Stop, ¿qué está pasando realmente aquí? ¿quién está engañando a quien? ¿Es la otra persona que está actuando según lo que considera correcto y te cuenta su verdad que no coincide con tu verdad o eres tú que quieres oír lo que está alineado con tu centro? ¿De dónde viene el sufrimiento entonces? De tú engañándote a ti mismo.
Si alguien te falta al respeto o habla mal de ti y eso te incomoda y te hace estar a la defensiva. Interesante, recuerda que él o ella lo hace teniendo la impresión de que es correcto hacerlo. Entonces, ¿es una falta de respeto o es la impresión que alguien tiene de ti? Y viendo con perspectiva, acaso importa cualquiera de las dos razones si el día menos pensado abandonaremos este mundo.
«De ahora en adelante, siempre que algún acontecimiento te cause pesadumbre recuerda esta máxima: «Esto que me acaba de ocurrir no es una desgracia, antes bien, es una felicidad auténtica si sé cómo enfrentarla con virtud generosa»»
Marco Aurelio.
Has perdido a una persona querida y eso te duele, sufres. ¿Por qué la has perdido? ¿Acaso sientes que te han quitado algo que nunca tuviste? ¿Cómo puedes sufrir por perder algo que no te pertenecía? Quizá dices que fue el cariño que procesabas a esa persona, pero incluso ese tipo de amor es impermanente, entonces ¿a qué te mantienes atado? A una ilusión.
Tu pareja decide terminar la relación, tú no quieres que eso suceda, y sufres por mantener algo que estaba predestinado a perecer. ¿Por qué sufres si una de las dos partes ha elegido acabar y salir de ese compromiso? ¿No ves que lo que te está turbando es controlar una emoción externa que está a miles de kilómetros de tu poder? No, no lo consigues ver, por eso actúas de esa manera.
Y esto es querido amigo o amiga, lo que nos hace sufrir tanto: el poder que le damos a las cosas externas sobre nosotros creyendo que depende de nosotros y que las debemos dominar, no hay que acabar con el sufrimiento, sino dejarlo ir.
«Lo que depende de nosotros es por naturaleza libre, ya que no nos vemos sometidos a estorbos ni impedimentos, mientras que lo que no depende de nosotros nos termina debilitando y esclavizando«
Epicteto.
Atribución imagen: FotoGrazio.