No parar no significa que vayas más rápido que el resto. Tampoco más lento. simplemente no paras. No tiene que ver con velocidad, sino con intensidad. No va sobre frenesí, sino sobre agilidad y una buena dosis de vehemencia. no relacionaría “no parar” con ir de un lugar a otro sin propósito ni rumbo, lo relacionaría con no detenerte ante nada cuando disfrutas con pasión y alegría de aquello que te mantiene así de vivo, fresco y creativo. Va sobre ser intrépido porque no pararás cuando consigas una meta, ya que no es sobre la meta, es sobre la excitación de andar caminos que antes eran inaccesible. Saltar obstáculos que antes eran demasiado altos. Construir cosas que antes no sabías ni siquiera imaginar.
No parar es empujar hacia delante
Ya lo tengo, es estar ocupado. Provocador, pero no. No parar no significa estar ocupado. Lo que sí está claro es no parar es anteponer tus prioridades a lo demás. Las prioridades pueden cambiar, como el mapa, hay que saber cambiar y bailar con ellas. No parar es decir “sí” al terror de intentar cosas nuevas. Es cumplimentar el punto uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y así hasta el cien. Es hacer tu trabajo, es el compromiso, es el responsabilizarte por el movimiento que necesitas crear.
No parar es una oda incesante y poderosa a realizar el trabajo que importa. Es estar dispuestos a permanecer el mismo tiempo en la etapa del aprendizaje como la de la actuación. Es luchar para ganar más tiempo, más proyectos, más objetivos, más amor, más excesos, más incomprensión, más desconcierto, más insensatez, más talento, más amigos, ¿más?
Cuando no paras te das cuenta de que vas delante del tiempo, no detrás.
No parar es una elección
Cuando no paras por elección propia, estás enviando un mensaje al mundo. Comunicas de forma sutil que posees tiempo para lo que te apetezca, quieras, desees y necesites. Y además puedas no tener tiempo para lo que te apetezca, quiera, desee y/o necesite. Bella contradicción.
Hay otra variable a considerar, cuando en la ecuación entra una o más personas, ya no es una decisión que depende de solo de ti. Sin embargo, el resto, lo puedes alterar a tu antojo.
Cada día paro menos, no paro de vivir, trabajar, sentir, desconectar, relajarme, mejorarme, educarme, elegirme o disciplinarme en todo lo que me apetece. No paro de hacer cosas que me apetece, no paro de poner en marcha cosas que siempre soñé hacer (esta semana lanzo una de ellas). Eso hace que el «no parar» sea más intenso, eficiente, alegre, placentero y realizador cuando es un «no parar”
Me siento afortunado de no parar ¿Y tú?
Photo credit: Lion Towers.
2 comentarios
Gran articulo Isra. Hace tan solo 2 días que conocí tu blog y me encanta la forma en la que expresas tus opiniones. Me quedo con varios conceptos, pero en este caso quizás porque me llegue más a nivel personal mi parte preferida:
«No parar es decir “sí” al terror de intentar cosas nuevas. Es cumplimentar el punto uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y así hasta el cien. Es hacer tu trabajo, es el compromiso, es el responsabilizarte por el movimiento que necesitas crear.»
Un abrazo y gracias.
Alegre de que resuene Antonio. Seguimos.