Ese viaje es personal e irrepetible, y solo puede ser tuyo si te atreves a dibujar tu propio mapa.
El sistema en el que vivimos está creado y diseñado para entrenarte a que sigas las instrucciones lo mejor que sepas. Como resultado, acabas siendo realmente bueno pensando como alguien que está intentando seguir el mapa mejor que el resto. Espera, no tu mapa, sino el mapa, por lo tanto estás siguiendo uno que otros han pintado primero.
Adoptamos una actitud esperada, perezosa, miedosa, complaciente, estable y adormecida, ya que nuestra línea de comportamiento y pensamiento está desarrollada de esa forma: mira a tu alrededor y compórtate como uno más.
Ve adonde van todos.
Haz lo que hacen todos.
Di lo que todos dicen.
Piensa como piensan todos.
Compra lo que todos compran.
Vive como viven todos.
¿Cuántas horas de viaje llevas encima? ¿Cuántas horas dibujando el mapa? ¿Cuantas obedeciendo órdenes? ¿Imitando a otros? ¿Copiando y pegando? ¿Qué has aprendido de todo ello?
¿No te gustaría tener posibilidades de encontrar el tesoro si eres el único con el mapa que dice cómo encontrarlo? ¿Y qué pasaría, si literalmente, hubiera miles de personas con las mismas instrucciones que tú para hallar el tesoro? La matemática dice que probablemente no llegues el primero.
Lo que algunos llevamos años haciendo, dibujar tu propio mapa.
Espera, mejor, dibuja tu maldito propio mapa y sé un Mapmaker.
Tu primer mapa (y el viaje que va con él) va a ser una bazofia. Así como el segundo, tercero, cuarto. Todos hemos empezado por ahí. Sin embargo, ¿puedes trazar un gran mapa que todavçia no existe? Empieza a cambiar las cosas, y hazlo a tu manera.
¿A qué esperas? ¿Acaso no te has dado cuenta de que el viaje no se detiene?
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