Querer conseguir cosas es una molestia continua más que una bendición. Eso es lo que he aprendido en todos estos años.
Si no tienes algo que conseguir, un objetivo (ya sea corporativo, cuota de mercado, objetivos personales, atléticos, de estilo de vida, familiar…) entonces, lo único que puedes hacer es hacerlo lo mejor que sepas. Puedes tomar lo que viene como viene. Puedes repriorizar de forma regular. Si no tienes metas, nunca tendrás que preocuparte por la posibilidad de no alcanzarlas. Si consigues cosas porque las consigues y no porque vas detrás de ellas como un poseso, no necesitarás excusas cuando no las consigas.
No tener objetivos, o no obsesionarte con amasar tener, alcanzar o conseguir, es la clave para conseguir tanto como quieras, al menos es mi clave. Porque eso te permite meterte en grandes líos, experimentar, sobrepasar límites, divertirte y centrarte en lo que importa ahora, lo cual es lo que merece la pena.
El secreto sobre cómo lograr cualquier cosa es que vivir sin intentar lograr cualquier cosa es mucho más interesante y ultraproductivo, a corto plazo.
Sin embargo, parece que la gente que tiene éxito, que lidera, que es popular y que impacta… Esas personas tienen que conseguir cosas cada día.
Recursos:
El método del Alto Rendimiento Holístico.
Atribución imagen: PKL Group.