Desgranando la técnica de meditación Vipassana, los 10 días de curso, su impacto, implicaciones y mi tercera experiencia como meditador

Una cita con la ecuanimidad: técnica de meditación Vipassana – Disrupt Everything podcast #168

Hoy mismo he terminado el curso de meditación Vipassana de 10 días, lo que llaman el arte de vivir, ver las cosas como realmente son. Ha sido mi cuarto curso, el tercero como meditador. En este nuevo episodio desgrano los que más resalto de cada día, aprendizajes, descubrimientos, sorpresas y pequeños hábitos, así como disecciono la técnica y cada uno de sus pasos tan exactamente como recuerdo. El podcast sirve com una especie de integración tanto a nivel personal y profesional, como a nivel mental, emocional, espiritual y físico, de lo extraído al vivir la experiencia, Es un viaje a través de los conceptos y claves que esta fabulosa técnica de meditación proporciona. Además, incluyo unas pequeñas conversaciones, una a un servidor y otra al manager del curso.

ESCUCHAR EN CUALQUIERA DE ESTOS REPRODUCTORES

mayo 17, 2021

ÍNDICE DE CONTENIDOS

Intro.
Disección del curso y la técnica.
Cómo llegué y cómo salí del curso.
Aprendizajes esenciales.
Descubrimientos.
Sorpresas.
Momentos «wow».
Integración y aplicabilidad.
5 acciones (hábitos) cotidianas.
Conversación con Ivan Ferrer – servidor.
Preguntas a un Manager y servidor de largo plazo.
Reflexión personal.
Conclusiones y fin.

¿Y cómo aplicar Vipassana en el día a día?

Pista: respirando y observando las sensaciones, en eso consiste la técnica de meditación Vipassana.

Permíteme ilustrarlo claramente:

Te sientes tenso y estresado. Es decir, tu respiración es corta, pero en realidad tienes la sensación de que tu respiración es corta.

Prueba a observar tu respiración durante 1 minuto sin ponerle nombre a la sensación que tienes sobre respirar.

Estás amargado. Es decir, un dolor insoportable atraviesa tu espalda, pero en realidad sientes la sensación de que un dolor grotesco (en forma de sensación) oscila entre tu torso y espalda.

Prueba a observar esa sensación (quizás burda) que palpita en una determinada parte de tu espalda.

Te dices a ti mismo “estoy conectado, he elevado mi nivel espiritual”. Es decir, experimentas la dicha en una meditación, pero en realidad lo que vives son sensaciones muy agradables recorriendo una gran parte (o la totalidad) de tu cuerpo.

Observa cómo aparecen y desaparecen todas esas sensaciones tan sutiles que se mueven por tu cuerpo físico.

Tienes ansia. Quizás es la comida, comes rápido y sin frenos. A lo mejor es las ganas de hacer más cosas de las que actualmente haces para obtener más, o de recuperar esa sensación de sentirte tan amado como te sentiste aquella vez, incluso puedes querer obtener algo que ahora no tienes. Es decir, sientes una clase de deseo inconsciente generado por no obtener más placer del que ahora mismo gozas, pero en realidad solo es una sensación de apego a algo que no existe en tu realidad.

Prueba a observar durante 1 min como esos deseos alteran tu respiración y crean incomodidades en tu cuerpo.

Crees que sufres (algo totalmente opcional). Es decir, un mejor trabajo, una pareja que te entienda, te ame, te contente, te escuche, sea apuesta y baile tango. Te repites la historia de que siempre es la misma historia, alguien muere, la vida se acaba, vas a morir, la situación es un caos, no ves la luz, qué va a pasar mañana, “necesito salir de aquí, ya”

Observa durante 1 min como esa llamada avidez o aversión no es más que una sensación que nace y muere en tus propios pensamientos.

El mensaje, la clave, o cómo quieras llamarlo:

Solo observa las sensaciones, los pensamientos.

No reaccionar.

Sino observar.

Y volver a observar.

Haz las paces con tu realidad.

Tal y como es.