Una de las de mayores suposiciones de nuestro tiempo es que si el amor es real, por definición debería ser eterno. Sin embargo, no tiene porqué ser así, el amor esporádico (a corto plazo) podría ser la respuesta a un amor auténtico y verdadero.
Equiparamos las relaciones a largo plazo con las relaciones genuinas y exitosas. Y por lo tanto parece casi imposible para nosotros interpretar el final de una relación después de un periodo de tiempo corto y limitado. Unas pocas semanas, tres o seis años o cualquier periodo que no dependa de la fecha de caducidad de nuestra pareja. De lo contrario será percibido como un problema, un fallo o una catástrofe emocional que es culpa de otra persona, probablemente nuestro.
Conozco y tú conoces a muchas personas desesperadas porque piensan que han fallado porque sus relaciones solo han durado 24 años, o 11 años, o 34 años. Parece que no podemos confiar en que una relación esporádica pudiera ser a la vez, sincera, significativa e importante, y aún así, al mismo tiempo, justa, sin culpas y limitado en su duración. El amor esporádico hacer que todo sea más fácil y llevadero.
Las relaciones duraderas
Hay, por supuesto, algunas pocas razones para una valoración colectiva de la historia de amor a largo plazo. Soy consciente de que muchos de los placeres y virtudes de las relaciones solo se revelan con el tiempo, una vez que la confianza ha sido establecida y la lealtad completamente demostrada. Cuando dos personas saben que “esto” es para siempre, te esfuerzas más que por cualquier cosa en tu vida. No hay opción de evitar algunos necesarios pero desagradables asuntos, harás el máximo por entender los misterios de la otra parte. Mostrarás un grado de sensibilidad y vulnerabilidad a las que de otra manera no habrían tenido acceso. Aprenderás a pedir disculpas y a lograr la modestia sobre sus propios defectos. En definiría, crecerás junto a tu pareja. Creceréis los dos.
Mientras tanto, día a día, disfrutaréis juntos de los placeres genuinos de un domingo cálido o de paseos por la orilla de la playa. Algo lo cual los pequeños siempre se beneficiarán.
Las relaciones esporádicas
Sin embargo, como el romanticismo del amor duradero está tan presente en nuestra imaginación colectiva, deberíamos reconocer el peligro de la supresión cruel y normativa que muchos creen que las relaciones esporádicas representan. Un compromiso que debería ser interpretado no meramente como algo patológicamente fallido o como una versión interrumpida de una unión que debería ser duradera. Sino como un estado sentimental con diferentes virtudes, un estado que racionalmente podríamos seleccionar incluso de nuestro armario si así quisiéramos. Sabiendo desde el principio que sería mucho mejor para ambas partes, si hubiera un punto final en vista, o desde el comienzo.
Los beneficios del amor esporádico
Hay mucho que puede ir bien en el amor esporádico:
Cuando dos personas saben que ninguna posee a la otra, son extremadamente cuidadosos con ganar el respeto el uno del otro diariamente.
Saber que alguien nos puede dejar en cualquier momento no es una herramienta para la inseguridad, es un catalizador constante para una apreciación sensible. Cuando algo no es para siempre, podemos permitir que las diferencias se desvanezcan.
Si el viaje va a ser largo, un alineamiento casi perfecto es la clave. Por otro lado, cuando el viaje es corto, estamos listos a abandonar nuestras posturas en favor de lo auténtico. Preferimos ser amenazados por las novedades y disonancias. Por ejemplo, las cosas distintivas que la otra persona tiene en su frigorífico, las películas tan singulares que le gusta ver o la música tan rara que escucha. En el amor esporádico no confronta a nuestros valores. Pasan a ser invitaciones no amenazantes para expandir nuestras personalidades.
No puede sin debes controlarlo
Muy pocos de nosotros salimos bien parados al ser observados de cerca durante 24 horas, en un espacio limitado. Desde luego no serían las condiciones para dar lo mejor de ti mismo. Para que tu lado generoso e interesante emerja necesitarías tu propio baño y dormitorio. Espacio para leer y pensar, algunas horas para dedicarte, y una serie de comidas en solitario para divagar o no hace nada en especial. Es decir, momentos donde no tienes que explicar cómo te sientes. No es una señal de persona egoísta o insociable, es solo aquello que requieres para ser la mejor versión de ti misma/o.
Lo que hace que las relaciones sean difíciles y que la mayoría de veces se vayan al traste, casi nunca tiene que ver con las personas involucradas. Es lo que intentas hacer con la otra persona y con la propia relación. Invitar a alguien a que se case contigo no es la cosa más amable y generosa que puedes hacer por la persona que amas. ¿Por qué? Porque lo que sucederá es que arrastrarás a tu amado/a a una serie de situaciones y cosas desagradables y desafiantes:
- Unificar cuentas bancarias, compartir todos los bienes.
- Quedar con tus familiares de forma regular.
- Visitar a menudo a tu madre. Ir de compras con tu tía.
- Verte en tus peores momentos.
- Estar presente cuando llegas malhumorado después del trabajo.
- Aguantar tus resacas.
- Organizar la mesita de noche.
- Criar un bebé.
Amar a alguien, en realidad, es desearle lo mejor a esa persona y entonces, ayudarle a conseguirlo. Esto podría parecerse a aportar tus mejores cualidades durante unos cuantos vibrantes e intensos meses. Sería lo más justo y coherente. Y luego, a partir de ahí, cada uno por su lado, de forma tierna y con un acuerdo mutuo.
El amor a largo plazo, no obstante
Las relaciones a largo plazo, recompensan algunas cualidades como las administrativas, pero castigan otras tantas. Por ejemplo esas relacionadas con las habilidades para mantener conversaciones especulativas sobre la ética o el significado de la vida. No es ningún insulto ni aberración, creo, el constatar que muchas parejas no podrán brillar en las condiciones del amor a largo plazo. Mientras que en las del corto plazo sí. Además es muy amable y sincero aprovechas las fortalezas y oportunidades de las dos partes, mucho antes de que necesites inventar una excusa para romper.
Deberíamos ser conscientes de no sucumbir al siguiente sentimiento: si es corto y amor esporádico, no puede tener un gran significado.
En otras áreas de la vida, sabemos que algo para siempre no es lo ideal (incluso cuando es muy bueno). No piensas que necesariamente debas vivir en la misma casa durante toda tu vida. Aunque pudieras disfrutar en aquella que vives actualmente. No se destruye la casa en la que vives cuando reconoces que por una caridad de razones, sería oportuno irte a otro lugar. Necesitamos comprender ese amor que te permite finalizar una relación con cualquiera, sin que alguien la haya asesinado antes de hora.
Cómo vemos la forma de finalizar con el amor depende críticamente de lo que la sociedad te dice que es “normal”. Si las relaciones existieran para durar de por vida, entonces cada ruptura, divorcio o separación tendría que ser descrita como un fracaso horrible.
Amor a corto plazo, victoria segura
En cambio, si creamos un espacio para que el amor esporádico nazca y se desarrolle, entonces cualquier final podría ser una señal de lealtad profunda. No va sobre establecer rutinas domésticas, sino trabajar desde la profunda admiración y apreciación que sentiste por esa persona durante un tiempo. Eso logrará que nos alejemos de la relación con un sentimiento justo y generoso de que todo ha estado preservado e impulsado por la propia relación, no porque debía ser forzado a durar para siempre.
El amor esporádico, a corto plazo, podría no ser tan malo como parece. Toda una vida practicándolo y podrías no cansarte nunca de vivir experiencias plenas, intensas, enriquecedoras y bellísimas.
Photo credit: Afftab Uzzaman.
4 comentarios
Me encantas desde el primer día que te vi en el Congreso de Aje en Marbella en noviembre de 2016 y desde entonces leo tus post y te admiro enormemente. Espero poder conocerte muy pronto.
Seguro que nos cruzaremos María José, no existe un mapa.
Muy bueno, Isra. Una particular visión, necesaria en el siglo XXI. En el amor, más que en ningún sitio, «no hay mapa», como te he leído y escuchado. El amor esporádico es una solución. O «la» solución. Puede surgir por la mañana y acabar por la noche y quedarse así todos los días. O casi. O sólo unos pocos… Tan pocos que serán siempre bonitos. Tan bonitos como eternos. En cualquier caso, cuando se trata de amor, amar es lo importante. No importa ni el cómo ni el cuándo. Te dejo el link a un post que escribí sobre esto. Bórralo si te parece SPAM. Que viva el amor, el de ahora, el de este momento. Saludos!
Exacto Fran, tan pronto como lo que vivas sea real, placentero, auténtico, vulnerable, respetuoso, digno y honesto, si acaba pronto, que eso suele acabar pronto, celebra que lo viviste.