Estos días me encuentro aprendiendo a ser humano: alegremente removido, felizmente saboteado, bellamente alterado, afortunadamente incomodado, especialmente vulnerable. Aquí es donde estoy encontrando tranquilidad y quietud, porque estoy observando, no estoy reaccionado.
Y cuando he reaccionado, que lo he hecho, he sonreído y me he dicho a mí mismo “ahí va otra vez, tú sabes que esa reacción era innecesaria, pero lo hiciste igualmente, así que debía suceder así. Ahora no te alarmes o sufras por lo que suceda, porque es solo lo que debe pasar, aceptación radical Isra”.
Ayer entrevisté a Chocobuda en Disrupt Everything podcast series, episodio que estará listo en las siguientes semanas. Fue una conversación memorable, hubo cinco respuestas que en este momento que estoy viviendo, aquí en Santa Teresa, me parecieron creadas para mí aquí y ahora:
“Todas las despedidas y lágrimas te han traído aquí y te han hecho quien eres, eso es perfecto”
“Entre más rápido hagas las paces con esta realidad más rápido podrás moverte”
“Siéntate y deja que la vida ocurra”
“Tu narrativa es solo un pensamiento más que puedes cambiar, suéltalo”
“Nada en esta vida es tuyo, todo es un préstamo y necesitas saber que sea lo que sea es impermanente”
No es nada más que darte tregua, formar parte de lo que ocurre y estar en sintonía con cualquier cosa.
Aprendiendo una nueva dimensión de la compasión
Esto coincide con lo que la vida me tenía preparado desde que saliera de España en octubre, he vivido de todo, desde la experiencia más cercana a la muerte, hasta perder a alguien por el camino, desmontar hasta el último plan de vida que tenía preparado con una mujer especial, caerse los tres proyectos que sustentarían el 2021, lanzar un nuevo libro, dejar al cliente más importante que entrenaba, encontrarme sin rumbo, vivir grandes experiencias místicas y estados alterados de consciencia… Y ahora con un poco más de perspectiva, empiezo a darme cuenta cómo esto me ha moldeado.
No sabría decirte exactamente porque en una situación descontrolada en la que por una parte me siento algo frustrado, confundido y muy incómodo (incluso me despierto a media noche, algo que nunca me había pasado), por otra parte más grande, me siento tranquilo, sosegado y en armonía.
Creo que he entendido que mi mente está ahí y no está separada de todo lo demás, que está claro que el ego está a la defensiva, pero es que en realidad todo eso y más mierda que hay dentro de mí, como creencias limitantes de no ser suficiente, del miedo al rechazo, de no ser aceptado, el querer ser amado, llamar la atención, sentirme inseguro y más chatarra egocéntrica, son solo pensamientos que saltan en este camino que andamos, donde al menos servidor (y creo que tú también), está aprendiendo a ser humano.
Nada más, solo eso.
Atribución imagen: donrul.