Busca a tu cliente.
“No vayas al centro comercial a principio de mes”
“Evita el supermercado si estás haciendo ayuno”
“No entres a Amazon en Black Friday”
“No entres a Instagram/whatsapp si quieres ser ultraproductivo”
La razones son obvias:
- Eres más propenso a comprar cuando tienes más que gastar.
- Es más probable que compres de comer (desmesuradamente más de lo que podrías comer) si estás hambriento.
- La probabilidad de que compres cuando todo baja de precio considerablemente es muy alta.
- La oportunidad de distraerte, desviarte de tu camino y acabar horas perdido sin hacer nada es inmensa cuando entras a una red social sin un propósito definido.
El riesgo en todas estas, y otras muchas más situaciones, es que acabes comprando algo que no necesitas, porque, por supuesto, todo lo que compras no te hace menos hambriento, más preparado, superproductivo o más guapo/a. Intentamos vender algo que no quieren comprar.
Busca a tu cliente clave
Lo mismo sucede con casi cualquier cosa que intentamos vender. Vender agua a una persona que está sedienta, meditación, yoga, quietud y silencio a alguien que busca el crecimiento espiritual, objetivos y logros a alguien que quiere llegar lejos profesionalmente. Todo esto y más, es mucho más fácil y más satisfactorio que primero tener que persuadir a alguien para que en realidad les importe le impacto que estás tratando de causarles.
¿Te parece obvio? Claro.
Sin embargo, cometemos este error el primer día y toda nuestra carrera, sobre todo muchos de los que hacemos marketing. Fallamos al buscar a más gente que la que necesitamos, fallamos al no buscar a los buscadores, las personas que te están buscando.
Sé que podrías estar enamorado con tu producto o servicio y cambio que tratas de ocasionar, quieres cambiar el mundo, genial, eso es marketing, de impacto. Pero, y es un buen pero, es mejor empezar con una audiencia que te apoye en tu camino a ese éxito.
Busca a tu cliente, busca «al cliente» y entonces véndele lo que necesita.
Atribución imagen: Wayne S. Grazio.