Si crees en tu propio trabajo, entonces muéstralo al mundo. Si no crees, mejóralo hasta que creas. Casi siempre es cuestión de resultados y objetivos cumplidos. No es sobre el marketing.
Si crees en tu propio mensaje, compártelo, es fácil, correrá como la pólvora. Si no crees, entonces estás jodido, mejor cierra la boca y busca tu mensaje. Qué es lo que te trajo aquí, cómo llegaste, qué seguiste.
Si crees en tu producto, lánzalo, ya, deposita todos tus recursos en ellos, si crees y creen, tendrás la mayor parte del recorrido hecho. Si no crees, es un preciso indicador de que algo no está bien, la utilidad, el encantamiento, la necesidad, el diseño. Rehaz el producto hasta que tu instinto esté alineado con él.
Si crees en tu servicio, distribúyelo gratis (durante un tiempo), asegúrate que llega a todos tus clientes potenciales, engatúsales con tu arte. Si no crees en tu servicio, quizá no es el servicio que deberías abanderar o posiblemente no estás aquí para encantar a tu cliente, solo para rascarle el bolsillo.
No es sobre tu trabajo, mensaje, producto o servicio. Nunca fue sobre nada de esto, por eso ahora estás fuera del juego.
El marketing que funciona significa compartir algo con propósito para las personas adecuada en el momento adecuado. Ese marketing sobresaldrá por todos los lados y no necesitará nada más de adorno.
Ese marketing siempre funcionará.
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