Acabo de llegar a Costa Rica, terminando la 1ª etapa en los Estados Unidos. Finaliza por la VISA de tres meses y por el momento vital por el que atravieso. Ahora sé que llegué a Norteamérica para abandonarlo temporalmente, ahora sé que no es «la ocasión». Ahora sé que la vida tenía otros planes para mí, bastante diferentes a los que había trazado en mi mente, pero completamente alineados a mi intuición y lo que va a ser una nueva etapa en mi vida, desarrollar y ejecutar el plan maestro de mi vida.
El orden divino (algunos le llama el universo) vuelve a demostrarme que cada paso, cada decisión, cada impulso, cada acto, cada no acción, cada silencio o cada palabra, están perfectamente orquestados. Celebro cada nanosegundo de nuestras existencias, cada dolor, inseguridad, trauma, drama, las reacciones incomprensibles, los comportamientos ilógicos, los pensamientos saboteadores, las palabras irreversibles, los problemas insalvables, las experiencias transformadoras. ¿Por qué? Porque todo eso tiene un propósito, traerte hasta aquí, ahora.
El 4 de octubre decidí salir para Tulum el día 10 de ese mismo mes. Una elección que cambiaría como vivo, pienso, actúo y trabajo. Cambiaría lo que había dentro de mí, acercándome a la muerte. Sacudiría mi sistema de valores, pasando por situaciones que jamás hubiera permitido desde un pedestal. Y trastocaría mi vida y la de mi familia, perdiendo a uno de mis grandes héroes y familiares. Esa decisión y todo lo que vino después han cambiado mi presente, de forma considerable, y desde luego alterará mi futuro.
Los primeros pasos del plan maestro
Ahora que sé lo que sé; primero que no sé; Segundo que he encajado cada pieza del puzzle de mi existencia y he conseguido ver el plan maestro en su totalidad; solo tengo que actuar de acorde.
- Lo primero es que cada mes, durante 7 días seguidos estaré completamente desconectado. Pasaré más tiempo en quietud, en contemplación, en silencio, en estar, en sr, tanto interna como externamente. Nada radical, si no desde la gentileza y la auto-compasión.
- En segundo lugar, dejo de hacer el 70% de tareas que realizaba a diario. Corto reuniones de trabajo y habilito una hora para consultorías uno a uno.
- Tercero, he reiniciado por completo todo mi Algoritmo de Alto Rendimiento Holístico, hasta tal punto, que ahora mismo, no estoy siguiendo ninguno.
- Cuarto, detengo todas mis rutinas maestras.
- Quinto, me aparto a un lado o salgo de proyectos e iniciativas actuales y futuras.
- Sexto, ante cada interacción/oportunidad externa me pregunto «¿Por qué lo hago?» Y si no está conectado a ese plan maestro, digo «no» o incluso ni respondo.
- Séptimo, centro mi vía de ingresos en una sola fuente.
- Octavo, me preparo para una gran desconexión online, sobre todo en redes sociales, blog, youtube y cualquier mensajería online.
- Noveno, termino todos los compromisos profesionales actuales, fuera y dentro de España. Y paso tiempo con mi familia.
- Décimo, entro en la gran desconexión (mayo o junio), un espacio de quietud, silencio y estar indefinido.
El trabajo realizado con Natasja, luego con Lex, aplicarme a mí mismo el trabajo que hacía con otras personas y el retiro Zen que recién acaba, han hecho que todo encaje y logré trazar el plan maestro de mi vida con una claridad y entendimiento más allá de toda lógica. Está tan claro y resuena tanto que incluso me cuesta dormir por las noches, algo que no había sucedido jamás, tan claro que no puedo dejar de verlo, hasta mis células están reprogramándose, ha sido una gran catarsis.
Saltando al vacío (de nuevo)
En 2003 dejé la fábrica en la que trabajaba y perseguir qué sé yo, en 2006 decidí marcharme a Inglaterra a ver que pasaba, en 2010 a Estados Unidos a Estudiar y abrir otra puerta, todos esos fueron momentos trascendentales en mi vida, ahora siento que estoy entrando en otro. El fin de lo que pasó hasta hace unos días y el comienzo de un nuevo experimento vital.
De momento esto es lo que entiendo a contar.
Mientras tanto, los siguientes pasos son, aquí en Costa Rica, realizar un Programa de Alto Rendimiento Holístico para Ed Zaydelman, impartir dos talleres y un entrenamiento sobre la materia en Zunya, y realizar otro programa privado. Luego salir para Mazatlán (México) por un mes y quizá pasar por Colombia para otro programa.
El día cero continúa, el viaje también, gracias por haberme acompañado hasta aquí. A partir de hoy no sé qué pasará, aunque tengo algunas pistas, sea como sea estoy encantado de haber subido juntos esta escalera de la vida. Veamos si seguimos o nos separamos en la ejecución de lo que parece el plan maestro, en cualquier caso gracias de corazón por estar.