El hábito de mejorar cada día es una elección.
Dar lo mejor que tienes a personas que no tienen, es una elección.
Las reacciones a las críticas y a los halagos, son una elección.
Las ideas que decides posponer o descartar o lanzar, son una elección.
Las conexiones que estableces con personas afines a ti o aquellas que apartas a un lado, son una elección.
El resultado brillante o mediocre, también lo es.
La credibilidad de tu empresa, es una elección.
El trabajo escaso que te diferencia del resto, también.
Las palabras que utilizas, son una elección.
La intensidad con la que vives, lo es también
Liderar cuando nadie se atreve a hacerlo, también lo es
Cambiar lo que importa también.
Amar es una elección.
Piensa una sola cosa que hayas hecho, estés haciendo o te gustaría hacer, bien, cualquiera de ellas es una elección.
Es una elección
Nadie puede ser responsable por cuándo o cómo cada uno decidimos empezar a sobresalir. Nadie posee la libertad de hacer algo o todo, todas las elecciones acarrean consecuencias. Aquello que eliges hacer ahora, cómo y en qué emplear tus recursos, esfuerzo y tiempo (y atención) es lo que en realidad te definirá hoy y mañana.
Eres el resultado de las elecciones que tomas. Porque a diferencia de las personas que viven en situaciones desaventajadas en países subdesarrollados, si estás leyendo esto, es porque tienes la asombrosa y fantástica capacidad de elegir.
Eres lo que eliges. Eliges lo que eres.
Photo credit: Kyle Pearce.