Todos hacemos nuestro trabajo, pero pocos somos conscientes de nuestros pensamientos, acciones y emociones. Aunque por otro lado, es posible que quizá tú, como aspirante a estoico, hayas estado leyendo, escribiendo, realizando el ritual matutino estoico, meditaciones, visualización negativa, el diario matutino y nocturno de la sabiduría, etc. Vamos, que has estado haciendo tu trabajo, tu trabajo, con autodisciplina, consistencia y virtud.
La pregunta es, ¿cómo sabes si estás progresando? ¿Cómo decir si está funcionando o no? El viaje hacia el “sabio” es uno que toma toda una vida, y aun sí, no sabes que lo eres. Ningún sabio se considera sabio, no sabe que lo es. Así como ningún maestro te dirá que ha amaestrado sea cual sea su destreza. Nadie da un certificando de estoico ni de sabio. Sin embargo, la sabiduría (práctica) se acumula y se moldea hasta que un día, pues está “ahí”. Si lo que te cuento se siente como algo inexacto, empatizo contigo, pero igual es la vida.
Por otro lado, puedo tratar de explicarte cómo prepararte, integralmente, para lo que venga prosperar en casi cualquier cosa, cómo intentar actuar, pensar y reaccionar con la virtud como única creencia, y en última instancia, quizá – esto tengo que comprobarlo cuando llegue al último día de mi vida – llevar una gran vida.
Escuela de Estoicismo Moderno
¿Cómo explicarlo y por dónde empezar? Por aquí, por el libro en el que he trabajado desde 2019 hasta completarlo en medio de la gran cuarentena/confinamiento del COVID en mayo. Mi nuevo libro, el número nueve, Escuela de Estoicismo Moderno. Un manual que aterriza los preceptos, hábitos, doctrinas, enseñanzas, lecciones y consejos de la filosofía estoica, para bajarlos al nuevo escenario donde hoy todos tratamos de sobrevivir.
El libro sale a la venta a finales de octubre, pero debido a la importante demanda de la comunidad de Vida Estoica en Youtube, decidí habilitar una lista de espera previa. Principalmente, porque es mi primer trabajo autoeditado y que publico yo mismo, y la primera tirada de libros será más reducida que con una editorial.
Cómo medir el progreso de una gran vida
Aun y todo, si estás interesado en saber si estás progresando o no, hay unos indicadores que a mí me sirven. Sobre todo para diferenciar sentirse mejor de progresar (importante diferencia)
El maestro que me enseñó, Epicteto, nos cuenta cómo saber si estamos progresando:
- Criticar o alabar a nadie.
- Acusar o culpar a nadie.
- Esquivar el hablar sobre ti de forma que tu ego sea el que habla.
- Ignorar el querer expresar que eres “alguien».
- Desmentir que sabes algo.
- Cuando estás frustrado o limitado, ni siquiera te culpas a ti mismo.
- Si recibes halagos, ríes sobre ellos.
- ¿Alguien te critica? Pasas de largo.
- Cuando estás motivado, te sientes relajado.
- Disipas el deseo dañino.
- Te vigilas a ti mismo como un enemigo que atacará cuando menos lo esperes.
Y otros indicadores similares.
Si estás haciendo el trabajo, mejorarás en estas áreas y en otras que me dejo (y que encontrarás en el libro). Consideración: no siempre mejorarás, ni todo el tiempo, ni en todas ellas a la vez. Pero, culparás a otros menos, ignorarás la crítica, estarás más dispuesto. Serás humilde desde la dignidad, sentirás la integridad, desearás menos, encontrarás más y más en ti, dentro, y no fuera. Tomarás más responsabilidad, te rendirás a lo que no puedes controlar, aceptarás tu amor por el destino. Te estudiarás y examinarás a ti mismo.
Eso es progreso. Eso es Escuela de Estoicismo Moderno.
La pregunta para ti hoy es: ¿progresas? (Por cierto, esta pequeña guía te ayudará a hacerlo, basada en el experimento Vida Estoica)