La esencia de una revolución es que no necesita permiso para interrumpir, alterar y cambiar todo lo que encuentra a su paso.
Esa esencia, signigica que recompensa aquellos que compiten implacablemente a contracorriente, conectan con lo imposible, dan un paso al frente y arriesgan por aquello que sienten como una oportunidad.
La revolución elimina las reglas que protegen al status quo. Elimina la estandarización y los patrones de actuación de los modelos de educación que crear trabajadores obedientes. Elimina también la satisfacción a corto plazo y el dolor a largo.
Podemos crear revoluciones, siempre hay una oportunidad de hacerlo, sacrificar lo que tienes ahora, tu comodidad y status por algo que podría ser. El problema de crearlas es que puede cambiarlo todo.
La esencia que contiene es que todo tiene sentido cuando cambia constantemente. Está centrada en experimentar, la irracionalidad, intuición, innovación insostenibilidad y si, generosidad cuando podrías ser egoísta. La revolución es arriesgada, llena de retos emocionales y técnicos, que requieren adaptabilidad, esfuerzo y perspicacia. Cuando las revoluciones aparecen, desaparece todo lo que era comprendido como normal o habitual. Es por eso que destroza todo lo que encuentra a su paso.
La esencia de una revolución significa buscar nuevos resultados allá donde no existen.
Photo credit: simplicismus way.
12 comentarios
Las revoluciones generalmente se van germinando poco a poco, con los descontentos, con las miserias humanas, con la desesperación y con la mierda. Basta con una gota sencilla, un acontecimiento simple que no llame la atención pero que desborde la presa de la rutina diaria y que todo salte por los aires.
Todo eso está pasando antes nuestras propias narices, a nuestros hermanos, amigos, padres y vecinos, a conocidos y a desconocidos. Cuando todo acabe tendremos que levantar una nueva sociedad más humanista y menos deshumanizada.
Felicidades por el artículo, me ha llegado compañero.
Eres estupendo!! Isra. Un autentico motivador para el cambio… Es leerte y provocarme un subidón de «cambialinas» en la sangre… Aquí, en Asturias, uno va haciendo su pequeña revolución, y no dudes de que eres un gran inspirador.
Un gran, gran abrazo.
Ignacio
No importa si es pequeña o grande, lo que importa es que empieces con esa revolución. Gracias por el feedback, me alegro de que ayude.
Gracias a ti por esta excelente aportación. Un abrazo
Eres inspiración en estado puro. Siempre es un subidón leerte. Gracias!
Lo malo de una revolución es que no sirven las herramientas del sistema que queremos revolucionar… crear nuevas herramientas es casi tan costoso como la propia revolución…
Las herramientas de esta nueva revolución están todas ahí, listas y preparadas, más baratas que nunca e incluso algunas gratis. La cuestión no son las herramientas, la cuestión es quien se responsabiliza del «go».