El ser humano es una coincidencia de lados opuestos. Es un gran chiste muy contradictorio, y a veces irónico.
Lo que hacemos podría ser visto como un gigantesca contradicción, o tal vez como una obra de arte sublimemente orquestada.
Cualquier cosa es el elemento más imperfectamente bello que existe, tener el infinito en nuestras manos, el tiempo en cada segundo. Lo que se escapa de los límites y de toda comprensión está dentro de todas las cosas. Es, como dicen en el Budismo Zen, es cierto en nuestros cuerpos, sentimientos, experiencias, percepciones y en la misma consciencia.
Estoy seguro que antes de bajar a la tierra, en lo que definiríamos como nuestra existencia, se nos explicó el plan maestro, empezar desde cero otra vez. Es decir, aprender a ser humanos y pasar por toda una vida de prueba-error-dolor-sufrimiento-aprendizaje-descubrimiento, desde el samsara al Satori.
Cuando concibes lo que eres como una partícula entre cientos de millones. Cuando te das cuenta de que tú no estás en el centro ¿a caso hay un “tú” y un “centro”? Y cuando te das cuenta de que eres #energía y vibración danzando entre el vacío y la forma, cuando te das cuenta de que nada te pasa a ti, sino pasa por ti, es entonces cuando te das cuenta de que cualquier drama humano, es solo un invento para creer que somos más importantes de lo que pensamos.
La gracia de estar vivo es un gran toque de humor
Recuerda que no sabes apenas, que estás 200% equivocado, que estás aprendiendo a vivir, momento a momento, y que todo el dolor, sufrimiento, miedo, ansiedad, tristeza, limitaciones y esas pequeñas trampas cotidianas, son parte de esta gran comedia llamada vivir, donde lo único que importa es cuanto amor eres capaz de dar y recibir al mismo tiempo.
Porque lo que sucede no es más que un toque de humor a escala interplanetaria.
Recuerda dar una buena carcajada cada vez que creas que esto va en serio. No olvidemos que la existencia humana es un chiste cósmico.
Atribución imagen: Laura.