Es aquella que nunca lanzo – esa es la lección, porque para gustarte o no, tienes que primero hacerlo y eso no ocurre siempre. Sin embargo, esta vez, lo hice, pero con un gran mal sabor de boca, fue la peor masterclass que he impartido en años. Hoy toca ejercicio de vulnerabilidad.
Hace unos días realicé la segunda Masterclass online sobre el Método Ultraproductividad. La primera fue en 2019 con las claves para empezar a ser Ultraproductivos, puedes verla aquí.
La segunda era más avanzada, Objetivo Ultraproductividad, una especie de entrenamiento online, dentro de la campaña el mes de la Ultraproductividad y aprovechando para lanzar la 2ª edición del Método UP. Lo que hoy te cuento, es que esa misma clase online, a pesar de todo el buen feedback que he recibido – el otro no tan bueno que no me ha llegado pero que seguro existe – y los resultados, pues fue la peor intervención que recuerdo en años, y seguro la que menos he disfrutado en formato digital.
¿Por qué fue la peor Masterclass que he impartido en estos últimos años?
Al analizar he concluido varios puntos clave:
- Incomprensiblemente en ciertos momentos leí texto, bastante texto. En Imparables en Tiempos de Crisis he realizado 46 talleres online (de los cuales he impartido más de 20 y he liderado el resto) y no he preparado ni si quieran un guión para uno de esos talleres. Eso me hizo sentir terriblemente mal conmigo mismo, incluso aunque sea mi propio contenido, no es coherente con quien soy.
- Me confié. Debería haber entrenado la presentación dos veces: una explicada toda por el equipo y otra yo para mejorar y feedback.
- Prever que de nuevo la tecnología puede fallar, por lo tanto hacer una prueba privada previa yo solo, antes de la prueba para saber qué funciona. Estuvimos 45 minutos previos solucionando esos problemas, algo que se vuelve a repetir y que sin duda me puso nervioso y alteró mi estado.
- No ignorar el chat. Pedí conexión y enfoque total, no participar en el chat y centrarnos en la formación. Era de esperar que hubieran participantes que no respetaran la alianza, pero yo también quedé distraído e interrumpido por el chat, porque decidí prestarle atención y leer los comentarios anónimos inadecuados.
- Alimentar el crítico externo e interno. Primero prestando atención a los cínicos y provees diablos anónimos que hay en todos los lugares, hacer eso antes de ver todo el apoyo y ánimo (10%-90% ratio), y además autosaboteando a mí mismo.
- Llegar tarde, por la razón que sea, aunque fueron 5 minutos. No por lo que digan los demás, sino por liderar con el ejemplo de respetarnos todos.
- Fallé al mostrar los testimonios de venta en un momento durante la presentación que no aportaba lo que podría haber aportado en el momento apropiado.
- Dejar un tiempo para todas las respuestas que fui recogiendo de todos los participantes que han ido sumándose durante este mes. Eso lo arreglaré con un «preguntas y respuestas» excepcional.
- Me sentí limitado y encorsetado al seguir un guión que yo no había preparado, eso fue lo que más disonancia creo en mí. Por eso me extendí tanto en partes que no debía, como en mi historia. Repito, son sensaciones personales, guiado por mi intuición, no es machacarme.
- Hacer un contexto/alianza al que le di demasiado peso y donde me detuve un buen rato, más del necesario.
- Tengo mis dudas si haber empezado con la micromeditación o a muerte, porque además pasé de momento Zen a guantazo de realidad por que alguien decía “cuando empieza esto”.
Los resultados (en números)
- 1.606 personas conectaron.
- Después de 90 minutos seguían más de 1.300 personas.
- Cuando al final anuncié que iba a vender, aguantaron entre 1.000-890 personas hasta el final.
- 40 personas compraron el programa en la misma Masterclass.
- 12 más en las siguientes 24 horas.
Considero que son buenos resultados, en números, de conversión, económicos. Sin embargo, eso no oculta mis sensaciones, no sé si hubiera conseguido mejores resultados si hubiera estado alineado, eso es imposible de predecir y solo traería más preocupación sobre una preocupación inútil porque no se puede cambiar. Si soy estoico, solo tengo que reconocer que ha sido la peor masterclass que he impartido, sin autoinflingirme daño.
Genial
El peor momento es mi gran entrenamiento, por eso estoy aquí, sonriendo. Por eso esperé un día para hacerle saber a mi equipo que no había estado nada fino. Por eso lo dije con alegría, con poderío, con grandeza de ánimo, porque sé que esos son los momentos que me han construido a lo largo de mi historia.
Estos son los momentos que realmente merecen la pena, es donde puedes testar tu carácter y principios sobre todo lo demás.