La verdadera empatía no es ver las cosas como las vería otra persona, ni tampoco entenderla o comprender como se siente, ni siquiera predecir como va a reaccionar o como las emociones impactarán en ella. Eso no va a funcionar…. Y más, si tienes problemas de autoestima y ni siquiera puedes escucharte con claridad a ti mismo(a).
Nunca podremos decir verdaderamente «sé como te sientes», «te entiendo»… Es imposible. Cada persona es única e inimitable. No lo siento, nunca lograrás sentir como se siente la otra persona, pero siempre podrás intentarlo, lo cual es un paso importante si para ti es prioridad trabajar la forma en que te relacionas con los demás.
En la empatía escuchar es fundamental
La mejor manera de ser empática/o es escuchando la historia humana de cada persona, una por una. Descubriendo su historia podemos conocerla, es entonces cuando creamos resonancia entre historias y alineamos nuestros sentimientos con la persona.
Pero escuchar no se trata sólo de oir… Como quien oye el ruido del viento. Escuchar se trata de prestarle tu atención a esa persona que lo está necesitando y tener la capacidad de ponerse en su lugar. Tal vez no puedas sentirte como esa persona, pero sí puedes buscar dentro de tu arsenal de experiencias y localizar cuando te sentiste de esta manera… Recordar cómo te hubiesen gustado que te trataran cuando tú necesitabas ser escuchado(a).
Si no nos abrimos al mundo, si no somos realmente auténticos y honestos en el acto de escuchar… Es muy probable que nos quedemos solos o estemos rodeados de gente que sólo le interesa sacar provecho de nuestra posición, y eso supone una vida muy triste y confusa. Al final, no se trata de lo que tenemos o lo que hemos logrado… Se trata de quiénes somos en ese proceso. Porque cuando termine este viaje, lo único que nos llevaremos con nosotros es quiénes somos… De qué está compuesta nuestra alma.