Para encantar a tu cliente y empresa, tienes que, bien, encantarle, desvivirte por él, impulsarle, darle herramientas que lo hagan más alto, más guapo y más inteligente, sin contar la cirugía plástica, ni transplante de cerebro.
No es suficiente con ofrecer servicios basados en mérito, o en puntos de precio, tampoco en mostrar un portafolio con clientes top o unas credenciales poéticas.
Las personas necesitan historias que les inspiren, necesitan marcas que los comprendan, negocios que conviertan sus sueños en realidad, profesionales que sean héroes para ellos y PYMES que les sorprendan. Tenemos una necesidad ilimitada de creer. Pertenecer. Sobresalir. Compramos narrativas, no retórica, no cosas, no especificaciones.
Los Mapmakers, cuando lideran, entregan significado conectando los puntos.
No es la apreciación del cliente. No es una palabra clave. Tampoco es el número de followers. No es el doctorado. Esto va sobre conducir a las personas donde necesitan ir. Causar una colisión positiva que otros compartan, re-definir la historia del presente y crear la del futuro.
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