Hay mucha sabiduría en las palabras de Séneca, así como en la forma de vida de los Estoicos. Hay aceptaciones y negaciones, claro, hay controversia y duda, también, pero también hay valor. Cada día ando más inmerso en la filosofía, mi objetivo es extraer cosas que puedan ser valiosas y útiles para sobresalir hoy. El aprendizaje y la técnica de hoy va sobre el gracaso, el pesimismo y la imperfección que inevitablemente forma parte de nosotros.
Medita sobre un posible fracaso
Hace unos días extraje un súperhábito que podría formar parte de lo que denomino alto rendimiento. Meditar cada mañana sobre aquello que podría salir mal y/o estropearnos el día. Pueden ser las reuniones, más trabajo del habitual, un cliente que estalla, un trabajo mal hecho. Un atasco, un problema familiar. Citas que se alargan o noticias / problemas inesperados, un dolor de cabeza o muelas, una lesión practicando deporte. Demasiados emails, una pelea con tu pareja o un colega del trabajo. Cuanto puede ir mal y cuando puede ir bien, si solo nos centramos en lo que puede ir bien, inevitablemente estamos apartando a un lado algo que forma parte del total. La posibilidad de que las cosas no salgan como esperamos. Lo cual significaría que no estamos siendo realistas y que ese mal momento podría pillarnos desprevenidos. Eso sería más grave que planificarlo.
Aceptar la imperfección
El filosófo de origen Español, recomendaba meditar todas las mañanas al despertar. Meditar sobre las cosas que podrían no funcionar, sobre las cosas que podría torcerse y no salir de la forma que esperábamos o sobre aquello que no controlamos o no imaginamos y podría de repente aparecer. No se trata de una meditación pesimista, ni mucho menos. El problema podría residir en el polo opuesto, como somos demasiado optimistas generamos unas expectativas altas en nuestro entorno que raramente se cumplen. Es entonces cuando aparece el enfado, la decepción, el estrés, la ansiedad, crispación o angustia. Algo que Séneca cubre en uno de sus libros, «De Ira«. En este vídeo encontrarás una explicación detallada de este tipo de comportamiento del ser humano. El libro Las Meditaciones de Marco Aurelio también cubre el tema de las meditaciones de este tipo y otras.
Podría no funcionar como esperamos no es pesimismo
La clave no está en ser pesimistas, pero tampoco demasiado optimistas. Sino en ser optimistas teniendo en cuenta que lo que hagamos, digamos o nos pase podría no funcionar. Nuestro entorno ideal podría no ser tan ideal, los días perfectos no serán tan perfectos. El cliente podría no cerrar el contrato que está un 98% cerrado. El concierto podría cancelarse justo un día antes con todas las entradas vendidas. Tu pareja podría marcharse justo en el punto álgido de vuestra relación. O el coche nuevo podría estropearse a los tres días.
No se trata de vivir optimista o pesimista, sino como argumenta Séneca, ser conscientes, prever y reflexionar sobre aquello que podría no funcionar o desmoronarse. Al mismo tiempo, una manera de hacerse fuerte frente al fracaso. Una forma de comprender, abrazar y dar la bievenida no al pesimismo, sino a la realidad de que algo podría torcerse y nosotros podríamos anticiparnos a ello o estar preparados para no reaccionar de forma pesimista.
¿Meditas todas las mañanas? Prueba a destinar 5 minutos a pensar sobre las cosas que podrían salir mal o no cómo piensas que saldrán, el resto a intentar de ser consciente y desconectar la mente, si puedes.
Photo credit: Keilatavares.
2 comentarios
Una propuesta de reflexión idónea en estos momentos donde «la trampa del pensamiento mágico» está por doquier. No contemplo la superación sin una previsión de fracaso. Esta práctica se llama en psicología la «Aceptación Radical». Saludos!
«Aceptación radical» siyempre se aprende, o se aprende. Gracias Fran.