Insistimos en imaginar cómo será el mañana, invertimos esfuerzos colosales en tendencias, tecnologías, decisiones y estructuras que puedan predecir que pasará al día siguiente. Depositamos una cantidad de energía e ilusión en cambiar lo que sucederá mañana. Equivocadamente olvidamos que eso no ha sido escrito todavía…
El impacto del lanzamiento del nuevo producto.
La reacción del cliente a tu nuevo set de servicios periféricos.
La comprensión de la proposición de valor de tu nueva idea por parte del público potencial al que apuntas.
El cambio que producirá en otras personas, debido a todo lo que has aprendido en tu última experiencia vital.
El resultado que vislumbrarás en ti mismo al llevar a cabo ese experimento profesional.
Las ganancias o pérdidas derivadas de poner en funcionamiento tu último negocio online.
El feedback resultante de los próximos tests A/B en las campañas de publicidad digital.
Cómo reaccionarán tus vecinos cuando levantes por primera vez la persiana del estudio de mindfulness.
Tus sensaciones al terminar una carrera que estaba seis veces por encima de tus posibilidades y pretensiones.
Los profesionales del marketing nos aventuramos a crear realidades distantes para erncadilar a los consumidores. Creamos vidas futuras paralelas para crear necesidades que la audiencia no necesita. Desarrollamos historias basadas en un escenario ideal que nunca sucede. El mejor marketer es aquel que consigue que su audiencia disfrute de un producto o un servicio en un tiempo presente, sin ser seducido por algo más, sino lo que tiene.
El resultado aún no ha sido escrito
La respuesta a todo esto y más es una maravillosa incógnita, porque todavía no han sido escritas. Mira a tu alrededor, evalúa tus decisiones, mide tus movimientos, analiza tus proyectos, visualiza tu propio estilo de vida, monitoriza tus interacciones dentro y fuera de Internet. Cuida tus intenciones y deseos. Es un aviso, porque nada tiene un final esperado, nada está dibujado, todo está por escribir.
Si no lo crees, hazte está pregunta «¿Estoy haciendo, viviendo, sintiendo y trabajando en lo que siempre había esperado?» El 80% de nosotros diremos «no», si somos honestos la cifra subirá al 95%. El resto, este «chispazo» no iba para vosotros.
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