Para la mayoría de nosotros, hay dos trabajos disponibles. Normal (mediocre) o excelente.
Normal
Puedes ser la persona o la organización que es normal. Esa que no se esfuerza por deleitar a los clientes, que basa su estrategia de marketing en cuanto presupuesto es capaz de depositar en Facebook para que el mayor número de personas puedan acceder a su producto. Esa que centra los esfuerzos de su comunicación en empaque bonito y no en contar la historia de lo que realmente representan sus valores, que cuenta a clientes como números de un CRM, que persigue fans. Esa que envía los paquetes en 48 o 62 horas, esa que cuando las ventas fallan gira la vista a los empleados. Aquella persona o empresa que compite por precio.
Excelente
O puedes ser la persona u organización que es excelente. Esa que trata a cada persona individualmente, conecta, resuena y crea un valor emocional. Esa que conoce las peculiaridades de cada cliente habitual. Esa que siempre va más allá en su trabajo de lo que se espera por aquello que fue contratada. Esa que entrega el informe tres días antes de la fecha límite. Esa que comprueba tres veces la calidad de la entrega y desarrollo del servicio, que entrena a sus trabajadores en habilidades sociales, con el fin de poder encantar a aquellos que llegan a su tienda a comprar. La misma persona u organización que no necesitas recordarle ni una vez ninguno de los puntos del contrato comercial que se acordó.
La cosa que de verdad gusta sobre ser excelente, ser inolvidable, marcar la diferencia, ser magnético y maravillar, es que solo tienes que serlo de vez en cuando. Nadie es requerido ser excelente todo el tiempo.
Cuando una persona u organización excelente es no-excelente de manera momentánea, no tienes problema en esperar o en volver de nuevo, sabes de que son capaces, ya fuiste sorprendido o encantado. Sin embargo, cuando un personal o una organización, normal, esa que aburre, abusa y que usa políticas de forma constante para confundir y marear a clientes, actúa de manera anormal, te molestas. Porque normal tiene que ser normal siempre.
Normal vale el mismo precio que excelente, la diferencia es que excelente nunca valdrá el mismo precio que normal.
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