Ayer por la tarde Octavio Pérez se hacía con el bronce en el campeonato del mundo de Duatlón GE en Ottawa. La noticia es sensacional de por sí, pero lo increíble de esta historia no es el título, sino la historia que hay de tras de ello hasta llegar ahí.

Lo iba a hacer

Conozco a Octavio desde hace muchos años, tantos que algo como lo que acaba de suceder era algo impensable para cualquiera de nosotros. He visto crecer a Octavio como persona y como profesional. He visto a Octavio perder su trabajo, las oportunidades y planes futuros que iban con ello. He visto a Octavio deseperarse por su situación y preocuparse por no encontrar un camino claro. Lo he visto maldecir al sistema y trabajar para cambiarlo. He visto a Octavio traspasar negocios, venderlos y adquirir nuevos. Lo he visto abriendo más puertas de las que podía tocar jamás.

Estaba en su mirada

Pero siempre que he visto a Octavio lo he visto con esa chispa que un día tarde o temprano lo cambiaría todo. Esa insatisfacción por el resultado y por mejorar, esas ganas por llegar a un trabajo más importante, excelente y brillante. Esa pasión y oficio por ayudar a los demás a conseguir sus sueños, esa voluntad por motivar a los que lo necesitan e inspirar a inspirar a muchos otros que todavía no saben lo que lelvan dentro de ellos mismos.

No es casualidad

No hace más de 3 años desde que Octavio empezó en el mundo del triatlón con un triatlón de larga distancia en Elche, entre medio ha pasado un Ironman en 2012 y un subcampeonato Europeo de Duatlón. Hoy, en 2013, Octavio hace que un bronce en el campeonato del mundo sea suyo, y lo hace a sus casi 35 años, con una fuerza, energía y madurez profesional desbordante. La clave, trabajar sin ningún tipo de límite ni restricción y creer en el mismo cada segundo de su día. Es un Mapmaker.

Adoptó la postura de increíble

Cuando veo a Octavio veo un ganador, pero no por que ha conseguido una medalla de bronce. Sino porque desafío todas los pronósticos de su vida y creo una nueva, re-inventó el juego, su juego. Empujó a otros más allá de donde nunca hubiera imaginado, es por eso que miles de personas empujan diariamente a Octavio a ir más allá aún. Es un ganador porque despreció los tópicos, edad, lugar de nacimiento, estadísticas, previsiones. La clave estaba en la postura que adoptó, tenía algo que hacer y lo iba a hacer de una manera tan determinada que la única vía posible era que sucediera. Finalmente sucedió, es una fórmula bastante racional y lógica. Hacerlo.

Octavio es la viva muestra de lo que predica, los sueños son reales. Si tienes alguna duda al respecto habla con él y lo comprobarás por ti misma/o.

Gracias por permitirme disfrutar del resultado de tu valentía, ilusión y determinación.