He necesitado unos días para aterrizar en casa, primero por los cambios horarios, después por lo que supone estar seis meses fuera de tu hogar y por último, y no menos importante, por la intensidad y potencia de lo que he vivido en ese tiempo.
He ido a buscar lo que he encontrado, quedar sacudido por la vida. Encontrar tantos aprendizajes maestros que apenas tenía tiempo de integrarlos. Vivir tantas experiencias transformadoras que he llegado a lo más oscuro de mi ser y a lo más luminoso que existe en mí, casi al mismo tiempo.
Ante esta vida tan inhóspita y rápida, a veces no paramos lo suficiente, no paramos en absoluto, no tomamos pequeños descansos para conectar con la persona que somos. Cuando no lo hacemos, nos olvidamos que estamos tratando de vivir y pasamos a modo piloto automático. En estos seis meses en los que he vivido como si fueran dieciocho, no ha habido mucho tiempo para reunirme conmigo mismo o mantener conversaciones personales sobre lo que iba viviendo. Hasta que he aterrizado en casa y me he dado cuenta de que necesitaba digerir todo lo que ha pasado entre que me marchara y he vuelto de nuevo.
Muchas personas conversan consigo mismo. Otras muchas no.
Pero, si estás leyendo esto, significa que en algún momento has parado y has disfrutado de aterrizar lo que has vivido. También que en algún momento has quedado abrumado por lo que el día a día te ha presentado.
Acceder al autoconocimiento, claridad y visión, paz mental ocasional.
¿Sacudido por la vida o sacudiendo a la vida?
Quizá vivas sacudiendo la vida, o quizá te sacuda a ti.
Eso es algo que va a suceder, una cosa o la otra.
Los pequeños descansos te ayudan a ver, pero no te garantizan que desarrollarás astucia para lidiar con ello. Cada sacudida lleva consigo una oportunidad de extraer algo valioso, algo único, algo que te propulsará.
La vida no se anuncia de la forma que tú anuncias que vas a hacer algo.
Aunque las experiencias se complementan apalancando la una a la otra. No crean falsedad ni decepción porque son los momentos que creas.
A veces puedes estar preparado y otras veces no, a veces la vida te golpea más fuerte y otras menos, pero siempre te golpeará.
Los momentos de poder andar tu camino son infinitos, pero darte cuenta de que es el camino y que lo estás andando a menudo es algo que ignoramos y escondemos.
La vida no quiere que la hagas esperar de la forma que tú esperas a la vida, porque mientras esperas, estás malgastando la vida que se te ha dado.
Por ello y para ello he grabado este podcast sobre el arte de vivir con intensidad y autoconsciencia y sobre lo que significa ser sacudido por la vida y sacudirla al mismo tiempo con todas tus fuerzas, un episodio que reflexiona sobre las experiencias vitales y transformadoras que he vivido en estos últimos seis meses viajando por México, Estados Unidos y Costa Rica, desde sacar mis más profundos traumas hasta encontrar en el amor propio la mayor cura a los mismos.