Estoy obsesionado con la práctica, con el entrenamiento diario, experimentos de estilo de vida y profesionales. Obsesionado con jugar siempre en la zona de alto rendimiento. ¿Por qué? Por que no conozco mejor forma de crecer y progresar. Aquí unas preguntas que formular para situarte:
¿Estás aprendiendo cada día?
¿Mejoras en algo cada semana?
¿Sientes que estás en un estado de decadencia o sientes que estás pagando el precio que conlleva mejorar de forma continuada y progresiva?
¿Trabajaste hoy más contundente y de forma más inteligente que lo hiciste ayer?
¿Cómo fue tu concentración, mejoró o empeoró?
¿Te alimentaste mas sano y de manera más óptima?
¿Fuiste más amable, agradecido y considerado con otros? ¿Y contigo mismo?
¿Mostraste compasión hacia las personas en desventaja y les ayudaste a mejorar en algo? ¿Y autocompasión, hacia ti?
¿Está la flama que arde dentro de ti – tu propósito – más viva que nunca o se ha apagado un poco?
¿Estas cada día trabajando por alcanzar la mejor versión de ti mismo/a?
¿Eres consciente de al menos un fallo que cometes al día y tratas de encontrar un aprendizaje y una solución para que no se vuelva a repetir? ¿Y con los logros?
¿Cambió positivamente tu labor profesional diaria al menos a una sola persona?
Si no permanecemos despiertos y atentos a esas preguntas, fallaremos en todas ellas. Es algo natural.
Práctica. Entrenamiento. Propósito. Ensayo
Cuando me levanto, hay una cosa que, ante todas las demás, se abre paso desde lo más profundo de mi alma; cada día significa práctica. Todo lo que haces es entrenar. Cada área de tu vida afecta cada área de tu vida. Cuando empiezas a realizar mejoras en un área, todas las áreas se ven afectadas.
Hoy significa práctica. Ahora mismo estás entrenando.
Todo es un entrenamiento. Todo es práctica. Sí, todo es aprendizaje. Todo es mejora. Todo lleva al alto rendimiento.