He recibido varios correos y contactos en Twitter, Google+ y Facebook, preguntando cómo afecta el proceso del experimento 80 días para probar improbable el aplazamiento de la Gran Hazaña, mecanismo principal sobre el cual se sustentaba este experimento. Gracias a todos los que se han interesado por ello. Justo estaba dejando que pasaran unos días después del comunicado para hablar sobre ello y explicar cómo avanza el experimento.
Sí, sigo con el proceso del experimento 80 días para probar lo improbable, desde la tercera fase a día de hoy ha sido durísimo.
Primero, a continuación, te muestro los resultados acumulados del cuadro de mando para la optimización del estilo de vida correspondientes a la cuarta fase, cuatro ciclos trabajados ya en este proceso. En segundo lugar, profundizo punto por punto.
Parte física: no he rendido como esperaba
Llegué de Colombia de completar el tercer ciclo con muy buenas sensaciones, a pesar de todo el trabajo y compromisos y la dificultad de estar viajando de un país al otro, conseguí mejores resultados de los que esperaba, alargué en dos días los entrenamientos y mentalmente salí fortalecido. Llegaba con momentum. Lo necesitaría para lo que estaba a punto de vivir.
Esta ha sido la parte más difícil de todas y también desde que empecé el experimento. Perdí la motivación, como explicaba el domingo. Todo empezó a fallar, mi cabeza no respondía, mi cuerpo no funcionaba bien. Me encontraba pesado y lento, no podía resistir la idea de salir con la bicicleta más de dos horas. Cada día la batalla no estaba en entrenar durante cinco o siete horas, la batalla estaba en conseguir salir de casa, enfundarme el neopreno o las zapatillas de correr. Todo ello cuando me enfrentaba al ciclo más largo, diez días.
A pesar de todas las adversidades y la muralla mental que tuve que escalar, en diez días conseguí sumar:
- 4.6 kilómetros de natación.
- 671 kilómetros de rodillo.
- 92.6 kilómetros de carrera.
- 4 horas de pilates.
- 6 horas de bikram yoga.
Fíjate como no sumo ni una sola hora de ciclismo, todo rodillo. Esta fue una de las claves, poder entrenar en casa todas esas horas de bicicleta, me permitía poder distraer la cabeza mientras trabajaba, esto además suponía un surplús de productividad. El cual agradecí y vino genial.
Llegar a estos registros bajo las circunstancias que tuve que entrenar, sin objetivo alguno, perdido, sin ganas, sin razones coherentes, entre la incertidumbre. Para mí, ha supuesto como hacer tres veces las distancias cubiertas (casi 800 kilómetros).
Cuidado y descanso
Durante los 10 días de este proceso no tuve ni una sola sesión de fisioterapia, pues sería contraproducente más que ventajoso, porque para asimilarlo bien requeriría descansar al menos un día para recuperar el músculo y qué reaccione adecuadamente, es por eso que tomé la decisión de no hacerlo, no fue mal. Algunos dolores en el cuello y zona superior de espalda, dorsales, etc. aparecieron a los días de haber terminado el ciclo de entrenamientos.
Respecto al descanso, aumenté la media de sueño considerablemente respecto a los ciclos anteriores, de 7:43 horas media de sueño a 8:16 horas. Calidad de sueño, de 85% a 89%.
En cuanto al descanso entre ciclo y ciclo de este proceso, me he dado cuenta de que ocho días de descanso perjudica más que beneficia, el cuerpo se acomoda demasiado, luego al empezar debes hacerlo mucho más pausadamente. En este ciclo he vuelto a comprobar que siete y ocho días no es lo aconsejable de descanso, así que a partir del próximo voy a estar apuntando a cuatro días máximo, quizá cinco, depende del cansancio que sienta y compromisos profesionales.
Alimentación
Estuve realizando una media de dos comidas al día, desayuno fuerte antes de entrenar y luego comida potente a mitad tarde, sobre las 17 horas, una hora después de entrenar y hacer estiramientos. Antes de acostarme casi siempre cerraba el día con una sopa de miso y otra de verduras.
En ayunas, recién levantado:
- Probiótico y prebiótico + multivitamínico + melaza de arroz + Legepol.
- Infusión digestiva + hepática.
- Betacaroteno, aceite de hígado de bacalao, omega 3, 6 y 9, espiriluna, maca.
- Cartílago de tiburón, cloruro de magnesio, sales minerales y ginseng.
Desayuno:
- Zumo natural de zanahoria, pera y manzana.
- Té kukicha
- 4 tostadas de pan 100% centeno con aceite de oliva crudo y pechuga de pavo o jamón de buena calidad.
- 1 tazón de cereales de espelta con leche de almendras.
- Almendras, pasas y arándanos.
Comida:
- Gran ración de arroz semi-integral o pasta (espelta, centeno, arroz, maíz o kamut) – 500gr aproximadamente.
- Verdura asada o al vapor.
Siempre me gusta comer tortas de arroz o maíz con chocolate negro o tabletas de chocolate negro de alto porcentaje de pureza. Mi indulgencia. También, en alguna ocasión nachos – orgánicos siempre que puedo. También frutos secos y patatas asadas.
Suplementación en este proceso
Indispensable para mí todos esos días, el trabajo, las horas, los días y el esfuerzo era mayor. Aquí siempre que necesito ese extra, echo mano de la gama de productos 226ERS, básicamente estos fueron los que he utilizado:
- Salts: dos antes de entrenar y una cada hora cuando los entrenamientos excedían las cuatro horas.
- Energy drink + isotónico: antes de la natación y cuando volvía. En la bicicleta, cuando mi cuerpo me lo pedía. Carrera, antes de salir.
- Recovery: fundamental, todos todos los días al acabar el entrenamiento del día.
- K-weeks Immune: durante los 10 días, en el desayuno.
Llevo con esta marca desde que empecé a preparar mi primer Iornman, nunca cambiaré. Por la naturalidad y sabor de sus productos, pero sobre todo por los buenos resultados que siempre me ha dado.
Faceta profesional
Si comparas la actividad del ciclo tres con este ciclo, claramente he aumentado mi rendimiento profesional. Esto a pesar de la debilidad mental de perder la motivación por el objetivo a causa del posible aplazamiento de la prueba (que finalmente se dio). Esto es un claro indicador que mis sistemas de ultra-productividad funcionan cada vez mejor, cuanto más los uso, más se optimizan.
Llego a todo, y cuando no llego, sonrío y no me preocupo demasiado, porque mañana hay un nuevo día para llegar.
Conclusiones de probar lo improbable
- Los sistemas de trabajo que al principio requerían de mucho pulimento, ahora ruedan a mayor velocidad y más eficientemente, esto lo noto a la hora de hacer transiciones entre tarea y tarea, ya sea deporte o tiempo libre o actividad profesional.
- La idea de crear un cuadro de mando donde monitorizar tu vida transversalmente es quizá una de las mejores ideas que inconscientemente consciente haya podido tener. Poder observar ese cuadro de mando te da mucha perspectiva, puntos débiles, fuertes. Incluso te sorprende.
- Si he podido llegar aquí en este proceso y acabar este ciclo con motivación cero, voy a poder aguantar las dos semanas que quedan al más alto nivel que pueda para concluir el experimento tal y como si el último evento, La Gran Hazaña, se hubiera realizado. Qué potentes son las adversidades cuando las utilizas como trampolín.
- Todavía no llego a dominar el día (o ciclo) con las tres disciplinas; natación, ciclismo y carrera y rendir al nivel que deseo. Sí es cierto que ha habido días en los cuales he incluido las tres disciplinas, más bikram yoga, más pilates. Espero llegar aquí durante seis o siete días seguidos. Esto sería el último ciclo antes del desafío en febrero. No tiro la toalla.
Hasta aquí, lo más relevante de la cuarta fase del experimento. La próxima semana volveré con la quinta.
Diseño plantilla: Charlie Abad.