Cuando sientas frustración, gira la vista siempre hacia si has aceptado algo o no.
Aquí un recordatorio sobre la aceptación radical:
Tu trabajo es tu trabajo y te da lo que te da, acéptalo tal y como es, o haz algo que esté bajo tu control para cambiar lo que puedas cambiar.
«Te conviertes en lo que le das a tu atención»
Epicteto
Todas las lágrimas que has derramado ya han sido derramadas, es improbable que puedas volver atrás, recogerlas y ahorrártelas. Acéptalo, al fin y al cabo, todas ellas te han traído dónde estás ahora mismo.
Las veces que te han roto el corazón – aunque en realidad te lo has roto tú mismo – han sido necesarias para aprender más sobre ti mismo, sobre la fantástica irracionalidad del amor y quizá, para encontrar a la persona con la que ahora estás, o quizás encontrarás en un futuro. Acéptalo y deja ir toda esa irritación hacia esos profesores o profesoras que tanto te enseñaron a vivir. Al contrario, deberías agradecerles su ayuda.
Lo que eras y lo que conseguiste no es lo que eres y lo que estás consiguiendo. Lo que te llevó a lo que eras fue lo que te ha llevado a quien eres, pero seguir aferrado a lo que alcanzarte o no alcanzaste, solo va a destrozarte por dentro. Acéptalo, eres solo tú ahora mismo. Nunca podrás regresar a lo que fuiste ni a lo que serás.
Hoy saldrá el sol, mañana lloverá, pasado ocurrirá una tragedia, al día siguiente celebrarás un hito histórico, al otro te enamorarás, al siguiente cerrarás tu empresa, al otro cumplirás tu sueño más salvaje. Acepta la aleatoriedad, impermanencia e infrecuencia de la vida y ríndete con ella, porque no hay cosa más inteligente y útil que hacer.
¿El mensaje? Está claro, acepta lo que piensas, lo que sientes, percibes y haces, porque de lo contrario ¿por qué y para qué lo manifestaste?
Si ha pasado o está pasando – y hay muchas experiencias que ya hemos vivido – solo puede ser vivido, aceptado e integrado. Sin la necesidad de distinguir entre buena o mala, solo aceptado y a por la siguiente.
No tiene ningún sentido colocarte en sentido contrario, abrir las manos e intentar detener el flujo de la vida, porque más pronto o más tarde, quedarás aplastado por su fuerza sobrenatural.
En palabras de Marco Aurelio:
«Es esencial que recuerdes que la atención que le des a cualquier acción debe ser proporcional a su valor»
Pd. Este es un recordatorio sobre la aceptación radical que he escrito para mí, sobre todo ante la probabilidad de que la vida nos presente cualquier cosa en cualquier momento. Quizá resuene contigo.
Atribución imagen: jbpellgen.