Roberto G. Moreira – una historia de actitud imparable en tiempos de crisis

Hay pocas cosas que me inspiran en este mundo. Eso sí, una de ellas es ver a una persona que lucha con ferocidad ante cualquier adversidad, injusticia o martirio que la vida le lanza y no abandona a pesar de que tenga todos los motivos para hacerlo. Esta es la historia (versión resumida) de mi amigo Roberto González Moreira.

Hace unos años hicimos una entrevista a disruptores – en vídeo – que nunca se llegó a publicar, quizá porque este momento debía ocurrir, así que hoy la hacemos pública – una entrevista que ejemplifica la grandeza que hay en la perseverancia, en el esfuerzo y en la humildad:

De barrendero a directivo internacional

Roberto hace muchos años era una de esas dignas personas que encuentras limpiando en la estación de Atocha (Madrid). Una persona hecha a sí misma que, a través de su consistencia, perseverancia y determinación, pasa a ganar uno de los reconocimientos a mejor joven empresario de la Comunidad de Madrid. Y que, unos años después, está abriendo vías de negocio para su empresa en diferentes países. Llegando a ocupar el puesto de consejero delegado de la División América, teniendo a su cargo más de 1.000 personas. Roberto ha sido directivo internacional de compañías como Santander, Indra. Además de gerente fundador de varias empresas. Como decía los últimos 10 años ha trabajado en diferentes países como México, Colombia, Perú, Chile y Brasil. Es un experto en estrategia empresarial, M&A y Negocio Internacional.

Roberto González Moreira - actitud imparable

De viejo a joven – Roberto González Moreira

En ese tiempo, Roberto decide reinventar su vida personal y pasar de un hombre de 30 años con la apariencia y estilo de vida de uno de 55, con una vida hecha y un guión escrito para el resto de sus días, a ser el protagonista y director de su propia película. Empieza a realizar pruebas de ultra-distancia como Ironman, el Maratón de los Sables y hasta Ultraman (evento que me permitió conocerle).

Su reinvención es tan radical que decide divorciarse y ser la persona que le hace feliz cada vez que se ve al espejo – y cuando no. Roberto es Padre de Cayetana y Graciela y de Marc, y es un grandísimo Padre que ha hecho también de Madre, ahora está felizmente casado. Puedo asegurar que nunca he visto a muchas personas que deciden cambiar y vivir una vida así de intensa, plena, en el presente, a fuego. Un buen ejemplo para muchas personas que piensan que son esclavos de sus vidas y trabajo y ya es demasiado tarde.

De todo a nada

Bien, la parte más interesante viene ahora. Hace casi dos años, ante un revés imprevisible de la vida, Roberto es despedido en una jugada despreciable y pierde todo derecho a retribución en la empresa por la que se ha dejado parte de su vida. Aquí empieza quizá una de las etapas más duras de su vida, puertas cerradas, amigos que ya no son amigos, etc. He tenido la suerte de presenciar ese proceso. He seguido los pasos de Roberto muy de cerca desde que fue despedido, con una casa, tres hijos y sus obligaciones como padre, además de recibir ayuda de su mujer actual (Bea).

¿Y sabes qué es lo realmente admirable? Nunca, en estos dos años, he visto a Roberto arrojar la toalla. Nunca se quejó, nunca culpó a nadie, nunca se castigó a sí mismo, lo intentó de todas las maneras, sin importar rebajar su puesto o salario. Dejando al orgullo sin importancia y despreciando su propio ego. Y nunca dejó de empujar, de probar, de cambiar, ajustar y repetir, no importa cuantos “no’s” recibió, siguió a pesar de que cada vez podrían ser más pesados, tuvo el fascinante tesón de seguir contra todo pronóstico.

Seguir mucho después de no poder más

Roberto González Moreira resistió incluso cuando ya no podía más, estando más allá de sus límites financieros, siguió, siguió y siguió, y siguió y siguió. ¿El resultado de esta heroica e imparable?

Hace un par de días Roberto contactó conmigo para decirme que se marchaba a Perú a trabajar como el ejecutivo número 3 del BBVA, director de operaciones de todo el país.

Aprendizajes:

  • No hay que tirar la toalla ni cuando salgas de la ducha.
  • La excelencia no es un accidente.
  • La suerte solo está del lado de los que intentan no importa qué.
  • La perseverancia y constancia truncan cualquier probabilidad.

Este es un reconocimiento al trabajo en la sombra y nada reconocido, así como pasar dos años realmente j******, de mi amigo Roberto González Moreira. Un ejemplo, como pocos a seguir, como persona y profesional.

Por cierto, he pedido a Roberto que nos lidere un taller de Imparables en Tiempos de Crisis y ha dicho “sí”, así que pronto lo tendremos con nosotros compartiendo sus claves.

Atribución imagen: Looker Media.

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