La gente bohemia habla sobre soñar despiertos. Yo, pienso que soñar despiertos nos hace más daño que nos ayuda.
Toma papel y bolígrafo, ayúdame a cuantificar lo siguiente… Tiempo aproximado invertido en:
- Quejas y excusas.
- Lamentaciones.
- Fuentes de información.
- Esconderte detrás de miedos e inseguridades.
- Leer.
- Hablar.
- Escribir.
- Accionar: proyectos, causas, responsabilidades, campañas, productos, negocios.
Saca un estimado semanal por cada ítem de la lista. Verás el problema rápidamente.
Tenemos un problema: soñar despiertos
Verás que pasas la mayor parte del día soñando despierto. Todos lo hacemos. Soñar, imaginar, idealizar o simplemente hablar (o publicar en las redes sociales) es fácil. Demasiado fácil. La parte difícil es convertir todo eso en realidad. Y eso no es un sueño. Es empuje constante en el campo de batalla. El truco, creo, es empujar sabiendo que podría no funcionar y que podría alejarte de tu sueño más que acercarte. Esto es más complejo de lo que parece. Aunque mucho mejor que la alternativa mediocre a la que los tiene acostumbrados este mundo penoso y falso. Al final es tu elección.
¿Y cómo continuamos cuando nos enfrentamos a algo que podría mermar todas nuestras defensas? Lo tengo claro, conectándolo a tu propósito y valores. Eso hará que a la larga destaques en agilidad, innovación y espíritu de equipo – las métricas reales de la rentabilidad. Hay muchas empresas y profesionales que ya están dándose cuenta. Toma el ejemplo de WeWork, Amazon, Techstars o personas como Maria Popova, Ismael Cala, Jason Fried, Krista Tippett o A.J. Jacobs, personas que dejaron de soñar para soñar despiertos. Aunque no creo que tenga que irte a alguna de estas personas, en tu ciudad o barrio encontrarás a alguna de estas personas inconformistas.
Creo que el truco, en realidad, es hacer el trabajo sucio y duro cada día sin dejar escapar tus sueños. Es más arduo de lo que parece, pero más preferible que la alternativa. Es tu elección, al fin y al cabo….
Si estás soñando, no estás accionando. Lo mires por donde lo mires.
Atribución: Jared Tarbell.