Estoy dispuesto a tener suerte porque:
Voy a trabajar más horas.
Invertiré más en mí.
Crearé un mejor equipo de trabajo.
Recompensaré el fallo y premiaré la valentía.
Descubriré qué otros talentos hay en otras personas y luego en mí.
Andaré sin descanso el camino del autodominio.
Trabajaré cada día den el alto rendimiento: físico, emocional, intelectual y espiritual.
Me levantaré cada vez que caiga.
Ayudará a toda aquella persona que encuentras en el camino.
Iré donde tenga que ir, haré lo que tenga que hacer.
No me detendré mientras tenga aire para respirar.
Voy a tener suerte
¿Estás dispuesto a tenerla? ¿Cómo de dispuesta está tu empresa o tu mismo a tener esa suerte? ¿Qué hay de tu carrera profesional o vida personal en familia? ¿De tus esfuerzos en marketing? ¿O qué hay de la gente que conoces o los lugares que frecuentas? ¿Y qué hay de esa suerte en la películas que ves, los podcasts que escuchas o los libros que lees?
Encontré a cada uno de mis mejores amigos fruto de ese tipo de suerte elegida. Así como mis mejores proyectos, grandes ideas o negocios más rentables. Fueron a causa de estar deducido a tener esa gran fortuna.
Es muy fácil crear un diálogo para hoy que sabotee y minimice la oportunidad y agrande la decepción, los malos resultados y la mala suerte.
Me pregunto qué pasaría si crearas otro tipo de diálogo, uno que creará oportunidad para ser suertudos.
Atribución imagen: karen desuyo.