La actitud es la tercera elección que todos y cada uno de nosotros podemos hacer. Amar la segunda, y la primera y más importante es la elección de tomar la iniciativa una y otra vez. Cada una de estas tres elecciones pertenecen a un ciclo infinito de repeticiones. Lo hicimos ayer y hoy también tendremos que hacerlo, así como mañana. Es dentro de cada decisión donde tomar la iniciativa, aplicar el amor y mostrar actitud, es crucial para llevar una gran vida.
Tomar la iniciativa va primero
La elección de ser el primero que da el paso.

De mostrar empatía por las personas que chocan contra tus principios.
Vivir en armonía con la naturaleza, es decir, con el orden aleatorio e incontrolable de las cosas.
De sacar la magia que las personas, no necesariamente conocidas, llevan consigo.
De empujar aunque no te apetezca.
La decisión de actuar con cualquiera como actuarías con tus seres más queridos y apreciados.
De estar presente y ser curioso, estoico y útil.
Es tomar la opción de preguntar, de cuestionar, provocar, instigar, y retar al statu quo.
De darle a las personas que encuentras lo que tú no obtuviste.
De bailar con los vaivenes que la vida nos presenta sin avisar.
Esa elección de saltar obstáculos con paciencia, pero con insistencia.
De aprovechar el fallo de forma exitosa, de no dejar que la victoria nos desvíe del propósito,
Por supuesto, todo esto es una suma de actitud, amor e iniciativa.
Y claro, hay decisiones y elecciones que deben ser tomadas. Nadie puede hacer que hagamos nada de lo que encuentras en esta lista, solo nosotros.
Es por eso que la iniciativa a tomar una decisión tras otra es capaz de cambiar absolutamente todo en cuestión de días. Si le añades actitud y amor, serás prácticamente imparable.
Atribución imagen: Ricky Hinton.