Durante años hemos sido intimidados, socializados y trivializados para que permaneciéramos todos juntos y por el mismo camino, esperando instrucciones, haciendo el trabajo regular y llevando una vida modelo, qué pena justamente ahora que tenemos una oportunidad única en la vida de hacer algo extraordinario.
No compro tu idea
La edad que conocíamos, aquella que estableció nuestra educación, el trabajo, nuestra economía y nuestras expectativas, ha muerto. Esto está causando mucho dolor, indecisión y miedo. Sin embargo, mira todo aquello que se ha creado a lo largo de la historia… mira quienes fueron, mira donde nacieron, mira a que colegio o universidad fueron – si ni siquiera acabaron la universidad – mira como empezaron… así que por favor, por favor, no me digas que necesitas haber nacido un «rockstar» para rockear. No compro tu idea.
Si no impacta, no cuenta
Puedes planificar, dibujar y maldecir al sistema todo el día, pero si no haces algo, no has hecho tu trabajo, porque el trabajo requiere conexión y generosidad. Aunque por otro lado, es enteramente posible que un día tu vídeo o post marque la diferencia al ser descubierto por algún cazador de talentos o el director de music marketing de Google. Pero si escondes de nosotros tu contribución, no puedes ser considerado un doer, porque no cuenta hasta que haces algo para que cuente.
No estamos aquí para que nos hables sobre tu libreta llena de ideas. Dinos sobre cuantos fallos has cometido, donde has intentado dejar una marca y el impacto que has causado.
Nadie te va a lanzar, así que lánzate a ti mismo.
Photo credit: qvinilo.