Ha pasado más de un año desde que empecé el experimento “High Performance” [el alto rendimiento] junto a Ricardo Soares, quien durante todo este tiempo ha estado ayudándome con su dominio en el arte del alto rendimiento. El experimento consistía en trabajar las cuatro dimensiones del cuerpo: espiritual, emocional, intelectual y física, para alcanzar el alto rendimiento en cada una de ellas.
Como emprendedor, empresario o incluso como trabajador, necesitas entender cómo viajar triunfalmente desde un trabajo (y vida) el cual está liderado por otros, a uno en en el cual tu eliges las capacidades y conexiones necesarias para adueñarte de tus propias elecciones y resultado de tu trabajo. No puedes adueñarte de tu arte, ni de tu mejor actuación, si no te adueñas de tus emociones, de tu espíritu, de tu físico y de tu intelecto. Si no te adueñas de tu estilo de vida y de tu tiempo.
Esto era algo que siempre he tenido claro, sabía que tenía que encontrar la forma de moverme desde ese sentimiento de «no arde en lo más profundo de tu alma» a ese otro que significa “encontrar tu esencia y estar sintonizando con toda ella”. Sentir que aplicas todo tu arte en lo que haces, reconocer que estás dando lo mejor tanto en tus relaciones personales, como en la intensidad de tus prácticas deportivas, la calidad del trabajo que realizas, o el empeño con el que tienes un detalle con un empleado o colega de trabajo.
Hoy, imagina cómo sería esto dentro de una organización, grande, mediana o pequeña. Revolución. Logro. Piensa, hoy, a todos los niveles que menciono ¿Cual es tu rendimiento? ¿El de tu organización? ¿Qué necesitas para construir una cultura de alto rendimiento en individuales y organizaciones?
La cultura del alto rendimiento
Permíteme que acuñe un término anglosajón para referirme a esto – los “high-performers” [algo así como estas personas – y organizaciones – que buscan y practican el alto rendimiento] saben que el entrenamiento y la práctica es tan importante como comer y dormir. No aceptas acabar de aprender algo y llamarlo “buen logro”. Entrenar es más que un proceso continuo, es disciplina, una forma de elevar tus habilidades a habilidades núcleo y hábitos a súper-hábitos. Entrenar es el pilar central del alto rendimiento. Y eso sucede cada día.
La diferenciación entre aprender y entrenar es que el aprendizaje está en cualquier lugar a cualquier momento. El entrenamiento solo sucede cuando el aprendizaje es adquirido y es aplicado para seguir un camino. Puedes aprender a bailar Tango, puedes aprender a hablar Argentino, pero a menos que entrenes para ser un bailarín de Tango, solo estás aprendiendo.
Retén estas dos ideas contigo y practícalas (entrénalas) a diario y serás más poderoso que el día anterior, en lo que sea:
- Entrenar es un evento diario, como lavarte los dientes y trabajar. Entrena a diario.
- Entrenar es un aprendizaje aplicado a una necesidad específica. Aplica a diario.
El trabajo óptimo es crecer rápido, efectivo y consciente
Hay una gran diferencia entre las personas que van a un gimnasio a hacer una hora de deporte, o a una escuela de negocios durante un mes a realizar un curso avanzado de (coloca el nombre que te apetezca…) versus las personas que están en estos sitios para cumplir un(os) objetivo(s) específico(s). El concepto “alto rendimiento” significa hacer algo con la intención de vaciarte por dentro en todas tus dimensiones a todos los niveles posibles. Alcanzar un mayor estado de consecución y capacidades más allá del previamente adquirido. Es un turbo inconmensurable. Te lo prometo. Requiere estar en búsqueda continua de nuevos métodos de aprendizaje y ejecución, experimentando cada día, con cualquier cosa, y conectando con nuevos entrenadores y desafíos potenciales.
Aplícalo a tu trabajo – o a tu persona
Claro. Imagina aplicar esto a tu trabajo, a tu empresa, a tus amigos, trabajadores o a ti misma/o. ¿Quién no querría hacer su trabajo mucho mejor? ¿Quién no desearía desarrollar sus especializaciones, habilidades, productividad, hábitos y métodos?
Cómo aplicarlo, hemos visto las dos claves más arriba. Otras vías:
- Desarrolla tu propio sistema o programa de alto rendimiento. Ejemplo: Stand OUT Program. Inconformistas. DeRose Tribeca.
- Encuentra profesores cualificados. Ejemplo: Ricardo Soares.
- Realiza experimentos relacionados. Ejemplos: The Tim Ferriss Experiment.
- Enfréntate a retos diez veces mayores que tú – sobre todo que más te atemoricen. Ejemplo: nadar cuando tienes fobia al agua.
Si eres un negocio o parte de él ¿Te fijas en el alto rendimiento y en qué niveles alcanzas actualmente? ¿Entrenas a diario? Como experiencia personal, puedo decir que ha sido duro, pero ha sido de lo mejor que he aprendido. Desde que empezara a trabajar en ello allá por septiembre de 2015.
Si tuvieras que creer algo de lo que digo, cree esto por favor: entrena el alto rendimiento.
Photo credit: LCBROS.